martes, 7 de marzo de 2017

QUE LA FURIA DE LA MUJER SE DESATE CONTRA EL SISTEMA CAPITALISTA, IMPERIALISTA Y PATRIARCAL

Comunicado del Movimiento Vientos del Pueblo ante el 8 de Marzo

1.El sistema capitalista pese a su casi trescientos años de existencia no ha podido resolver las condiciones de opresión, sumisión, desigualdad y explotación que recaen sobre la mujer, pues esta es una de las condiciones básicas que sustentan su reproducción. Las élites dominantes y el Estado por más que han tratado de construir un discurso más inclusivo y democrático, se han mostrado totalmente inefectivos y estériles ante tan sustancial problemática. 

El capitalismo sostiene la opresión femenina bajo una constante producción y reproducción de capital y de formas de alienación y funcionalización que se ejecutan a través de temas como la proliferación de violencia tanto simbólica, como física y psicológica de la mujer, así como también de desapariciones, trata y asesinatos. De la pornografía, el acoso y la prostitución. De la doble explotación de su trabajo, tanto en el ámbito de la producción social, es decir, del trabajo remunerado, como en el doméstico, que es el trabajo gratuito que la mujer realiza para la generación de más fuerza de trabajo. De su mercantilización como consecuencia del agravamiento de las formas de explotación, sumisión y opresión estructural que actualmente existen. De situaciones de desplazamiento, despojo, y vulneración constante de las condiciones de existencia. De estereotipos que perviven en el entendimiento conservador sobre la familia y roles asignados que limitan y encasillan la posibilidad de decisión sobre una vida libre y emancipada.

2.Sin embargo, es en sociedades donde se abandonaron las precarias manifestaciones capitalistas, tanto socio-económicas, como políticas y culturales, el lugar en el que la mujer elevó su conciencia y alcanzó logros mucho más cercanos a su emancipación. Así pues, experiencias como las de la revolución rusa y china nos dejan valiosas enseñanzas. Si bien casi de manera inmediata, después de la revolución, se hicieron grandes cambios en el rol que desempeñaba la mujer, decisiones como la despenalización y legalización del aborto, la abolición del matrimonio infantil, la eliminación de la compra-venta de mujeres, la creación de guarderías y cocinas comunales en barrios y fábricas para liberar a la mujer del cuidado de niños y limpieza, la socialización de las tareas del hogar, el derecho al divorcio sin filtro eclesiástico, el libre acceso a los hospitales por temas de maternidad, etc., fueron expresiones concretas y reales que, solo a través de la organización, permitieron una evolución en la cuestión femenina hasta nuestros días. Problemáticas que, en su mayoría el sistema capitalista-imperialista no ha logrado solventar hasta la actualidad. Además cabe recalcar el papel de las mujeres en dichas revoluciones donde constituyeron una fuerza decisiva para que éstas puedan materializarse.

3.Por lo dicho, es fundamental recuperar los orígenes proletarios del 8 de Marzo pues, no basta con recordar este día mediante acciones netamente simbólicas, desligadas del carácter revolucionario que ha alcanzado históricamente; sino que debe plantearse como una lucha indispensable para la transformación de la sociedad.

4. Asimismo, reivindicar su carácter combativo, callejero y huelguístico como una forma de lucha efectiva para la obtención de los derechos de la mujer se torna una consigna fundamental para enfrentar a toda esa corriente pro-institucional y parlamentaria que se manifiesta con mucha más fuerza en la actualidad, pues afianza la hipocresía y falsa capacidad al momento de resolver problemas a través de cuestiones que se reducen a lo meramente burocrático, y arrebata a su vez a la mujer la confianza que tiene en sus propias fuerzas.

El feminismo burgués y pequeño-burgués limita, despista y funcionaliza la lucha de la mujer encubriendo el verdadero sentido de la misma, apelando varias veces a demandas con un tinte liberal donde no se cuestiona el orden establecido, sino que más bien lo perpetua. Además que, esta supuesta lucha solo es tomada por mujeres elitistas como una herramienta más para seguir escalando en el poder dentro de instituciones que se encapsulan en lo estrictamente legal, y que, bajo un discurso de equidad de género, abandonan el análisis objetivo del problema de la mujer; es decir, desde su carácter de clase. La lucha y consecución de los derechos de la mujer y demás sectores populares se encuentra en las calles y en la organización independiente, no dentro de instancias que funcionan bajo la lógica de la democracia burguesa y se sirven de la figura femenina para fortalecer dicho modelo.

5.Es entonces de suma importancia criticar y desenmascarar las posiciones burguesas que se están enfrentando dentro de la coyuntura electoral en el país, ya que, al situarnos en un momento de disputa pacífica de las clases dominantes por la administración del Estado, tanto la lucha de la mujer, como la de los demás sectores populares, puede ser arrastrada para legitimar las elecciones como una forma de domesticación y aceptación pasiva del orden actual de la sociedad. Así pues, tenemos por un lado la utilización oportunista y politiquera del tema de la mujer que saca provecho y se maneja únicamente como una estrategia más de dominación por su condición de transversalidad; y por el otro, el abanderamiento del 8 de Marzo por estos grupos que están en pugna y que mantienen a la ideología religiosa como base de muchos de sus planteamientos a nivel social. O sea, de sus posiciones patriarcales, ultra-conservadoras y machistas que, sin olvidar también su esencia reaccionaria, se presentan finalmente como un limitante para la resolución de la problemática femenina. Por ello sostenemos que las mujeres trabajadoras no ganamos nada con las elecciones burguesas; que no estamos representadas por ninguna de las figuras femeninas del parlamento o el Estado; que no confiamos en esta democracia que sólo reproduce la opresión insertándonos en lógicas institucionales que bloquean la verdadera lucha; que el PSC, AP, Pachakutic, CREO, ID, sólo buscan utilizar este día para saciar sus sucios intereses politiqueros cuando de fondo sostienen un sistema basado en la opresión de la mujer y de los sectores populares en general; que las marchas convocadas por Jaime Nebot, Guillermo Lasso y Rafael Correa simplemente buscan arrastrar y funcionalizar esta fecha tan importante para hacerse fuertes en un escenario que de fondo solo expresa la disputa inter-burguesa que existe entre la burguesía burocrática y la burguesía compradora.

6.La lucha de la mujer, en tanto se constituya como una fuerza antípoda ante todas las formas de explotación sistémicas, se presentará como impulsora de la revolución y necesaria para la liberación de todos los sectores oprimidos. Tanto las crecientes manifestaciones mundiales contra las lógicas patriarcales y machistas, como también el papel decisivo que cumplen miles de mujeres incorporadas en movimientos revolucionarios como en el de Kurdistán y el de la India, donde éstas constituyen más de la mitad de las filas de las fuerzas populares combatientes, representan un claro ejemplo de lo dicho. No existe posibilidad de emancipación de la mujer sin derribar el sistema capitalista y éste no puede ser aniquilado sin la participación de las mujeres proletarias y populares.

7.Es pues, de cardinal trascendencia la creación de una nueva corriente revolucionaria en el movimiento femenino que pueda llevar la preocupación por el tema de la mujer a una crítica y acción radical contra el sistema, tanto a nivel nacional como internacional ya que, al verse agudizadas las formas de opresión de la mujer, la situación de la misma problemática ha ganado mucho terreno y ha desatado condiciones que merecen de una lucha mundial revolucionaria de la que la mujer sin duda es y será decisiva para lograr una emancipación definitiva.

¡A rescatar los orígenes proletarios y combativos del 8 de marzo!
¡A desarrollar una corriente revolucionaria en el movimiento femenino!
¡Abajo las elecciones burguesas y todas las formas de sometimiento institucional y burocrático dirigidas desde el Estado y los partidos politiqueros!
¡Que la mujer trabajadora junto a sus compañeros de clase enciendan la mecha revolucionaria!
¡Abajo el sistema capitalista, imperialista y patriarcal!

¡Por una emancipación definitiva en el orden social, político, económico y cultural!