martes, 10 de marzo de 2015

8 DE MARZO: LUCHAR CONTRA LAS CADENAS DEL CAPITALISMO-IMPERIALISMO

"El éxito de la revolución depende del grado en que, participen las mujeres".
V.I. Lenin

"Las mujeres como los hombres son reaccionarias, centristas o revolucionarias, no pueden, por consiguiente, combatir juntas la misma batalla. En el actual panorama humano la clase diferencia a los individuos más que el sexo".
J.C. Mariátegui

Este 8 de Marzo, el Día Internacional de la mujer trabajadora, saludamos a todas las compañeras que entregan su labor de compromiso por la noble causa de servir de todo corazón a las masas explotadas. A las compañeras de la ciudad y del campo que se organizan para levantar sus puños contra este sistema patriarcal y clasista.

Nuestra solidaridad por las luchadoras que entregan su tiempo y convicción voluntariamente, para las mujeres que creen firmemente en que si es posible una sociedad radicalmente diferente, para esas mujeres que desafían al sistema opresor y sus gobernantes, para ellas que se ponen de pie sin tambalear y que creen firmemente en los principios proletarios del socialismo científico. Nuestro saludo y solidaridad de clase para las mujeres revolucionaras y comunistas, aquellas que llevan las banderas y la herencia de las mujeres bolcheviques y  las comunistas chinas que asaltaron los cielos y construyeron el socialismo.

Este 8 de Marzo es un día de conmemoración, pero es al mismo tiempo un día de lucha, un día de oponerse a las lacras que imponen los capitalistas, contra la burda hipocresía y la llamada “conquista de derechos”, cuando a cada minuto una mujer es maltratada, cada instante es acosada, es insultada, es golpeada, es violada.

¿Qué ofrece este sistema a las mujeres?

Las aberrantes imposiciones que convierten a las mujeres (millones aun niñas) en simple objetos sexuales, sexismo extremo, pornografía desenfrenada, explotación vil de su fuerza de trabajo. En este sistema capitalista –imperialista las mujeres llevan las cadenas de la discriminación heredadas del oscuro feudalismo, la influencia del fundamentalismo cristiano y católico ha servido para estigmatizar y esclavizar a la mujer y convertirla en incubadora y seres al servicio de maridos machistas, la imposición de la familia patriarcal donde la mujer sufre todo tipo de vejámenes y violaciones. La Iglesia junto al Estado burgués determinan descaradamente sobre la vida de las mujeres, imponen su podrida moral, códigos machistas y legislaciones criminales que lo único que hacen es enmascarar la violencia contra las mujeres, muy especialmente contra las mujeres oprimidas, contra las obreras y campesinas pobres. Los jerarcas machos de la Iglesia junto a los capataces gobernantes de la democracia burguesa se creen dueños del cuerpo de las mujeres. En Ecuador un país semicolonial (como tantos otros) gobernantes, politiqueros y curas representan la peste más atrasada y reaccionaria que manipula la problemática de la mujer. El gobierno filo filofascista del correismo ha mostrado su moral ideológica recalcitrante y caduca para oponerse a la despenalización del aborto mientras otros reaccionarios de todo pelaje y algunos seudoizquierdistas beatos han decidido que ni en caso de violación a una mujer se pueda optar legalmente por un aborto, han hecho una santa cruzada para no reconocer el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpo, el concepto feudal de la maternidad se lo va moldeando al mercantilismo capitalista.

Descaradamente el gobierno correista levanta campañas populistas dizque para procurar bajar el índice de embarazos en adolescentes, mientras no hace nada contra las causas de base que lo provocan. La “cultura” basura del capitalismo y las cadenas imperialistas campean por todos los poros, música, cine, pornografía, programas de TV, etc., son  el pan diario que está consumiendo y embobando a millones de jóvenes, una montaña de basura mediática que se difunde al granel y a todas sus anchas por los nuevos medios tecnológicos y que alimentan las arcas de corporaciones imperialistas de la información. El Estado y  gobierno semicolonial es cómplice, su papel de títere de las mafias económicas  y de la “cultura” mercantilista ayuda en la alienación especialmente de la juventud. Ahora mismo el correismo está anunciando la implementación del “plan familia”, emulando a los patriarcas machista de la Iglesia y a los vendedores de “valores” de la sectas religiosas, quieren arrasar contra los adolescentes, quieren controlar con sus podridos códigos de “abstinencia” y “ buenos modales”, no se hartan con manipular todos los días a millones de niñas, niños , adolescentes y juventud en los centros educativos que controlan.

Como es que un gobierno, que está ya una década en el poder, no ha podido implementar una política para que las jóvenes y los jóvenes optimicen sus criterios sobre la sexualidad, o que tomen mayor conciencia y mejor educación para enfrentar dicha situación, ya no estamos en tiempos de nuestros abuelos, cuando se decía que faltaba comunicación en la familia, que faltaba información. Como es que,  hoy en día, Ecuador padece semejante problemática siendo uno de los países con mayor índice de embarazo de adolescentes (cuántos de esos embarazos son por engaño, abuso violento, violación y maltrato contra las chicas) mientras un gobierno cínico se jacta que a “revolucionado” la educación y que marcha al “buen vivir”.

Vale poner las cosas en claro sobre algunos aspectos: ¿Cuál es los objetivos del sistema educativo oficial? ¿Cuál es el fin de los llamados medios de comunicación escrita, radial, TV? ¿Cuál es el papel de la iglesia en esta sociedad capitalista? Las mujeres proletarias y revolucionarias tenemos respuestas contundentes.

La educación oficial está dirigida a la mera instrucción, su objetivo fundamental es moldear ideológicamente y adiestrar tecnócratas para mantener la dominación de clase, mantener el statu quo, mantener el sistema económico-social injusto basado en la explotación del hombre por el hombre. Miremos bien claro, por ejemplo el correismo cerca de una década ha manejado miles de establecimientos pre escolar, escuelas, colegios, universidades, etc., ha gastado millones de dólares en tecnócratas e infraestructura (aparte del negociado que hay en obra pública) con el cuento de la “mejora educativa” pero vemos que la juventud (y no sólo ella) está más alienada, más a merced del consumismo, sin herramientas de respuesta ante tanta manipulación. El correismo ha dado impulso hacia una educación profesionalizante, elitista, tecnócrata, adecuada a lo que pide el capital, ha despolitizado a la juventud para que no proteste, a metido miedo y temores bajo control secular de convento. Y en todo esto las mujeres jóvenes sentimos más la bota del gobierno patriarcal.

Los llamados medios de comunicación monopolizados por la burguesía de Alianza País y por la otra ya conocida (aunque la plena es que decenas de chupamedias “periodista” que hoy comen del plato del correismo son lo mismo que antes mamaban de los otros conocidos) son los noveleros mercaderes, los encargados de hilvanar noticias y programas para ensalzar la mugrienta sociedad capitalista, pregoneros de la moral y la ética individualista, machista, consumista. No nos venga con el cuento la llamada “libertad de opinión”, ¿y desde cuando ha existido libertad de opinión para las masas oprimidas? El  negocio de la prensa, radio, Tv, cable, internet, siempre ha estado en manos de las clases dominantes y sirven para difundir lo que interesa al capital. Estos llamados medios de comunicación en manos de la burguesía y del estado reaccionario están plagados de programas machistas y faranduleros, llenos de  vulgaridad y la promoción de conductas retrógradas. Los llamados programas noticiosos o de “debate” son charlatanería amarillista, repetición de las cadenas imperialistas, son los antojos de capataz dueño del medio, los invitados son una élite de politiqueros y sabidos reaccionarios. El sesgo morboso y machista está marcado por estos medios que a diario divulgan  eventos de belleza, estilos de “éxito” burgués, pornografía, vociferadas del papa, novelas porquería, todo ello alimenta la discriminación y la violencia contra las mujeres.

Muy conocido es el papel la Iglesia entrometiéndose en la vida de la gente, que calidad moral tiene este ejército de mentirosos, corruptos y machistas mandamases que utilizando la religiosidad de la gente y con el garrote de meter miedo viven tan campantes junto a gobernantes y clases opresoras. La Iglesia Católica y las demás sectas, cargan lo más repugnante e inmundo en sus acciones contra la mujer, son los malditos culpables de tantos crimines contra las mujeres desde tiempos antiguos, son culpables de tanta estigmatización sobre las mujeres, bajo el cuento de que la mujer fue hecha de la costilla del hombre, bajo la marca que la mujer representa el pecado, bajo la canalla oración de que la esposa debe servir al marido se ha ido institucionalizando el machismo y la discriminación contra las mujeres, desde luego muchos de los patriarcas que cita la Biblia como Abram, Isaías, Moisés, Salomón o David, eran dueños de esclavos y esclavas, además poseían un conjunto de mujeres como propiedad para sus deleites. Estos personajes son los que han decidido sobre la vida de millones de mujeres por siglos. Pero acaso ha cambiado hoy en día todo esto, sí ha cambiado el ambiente, la época desde luego, pero los escándalos y los lados “ocultos” de la iglesia patriarcal siguen intactos. La Iglesia Católica como otras sectas se ha ido acomodando como la serpiente que muda de escama, con algunas reformitas hoy en día comparte el poder con los capitalistas e imperialistas, sus actos infectos y de corrupción sexual aparecen como noticias permanentemente. Su papel es ayudar a corromper la conciencia de las masas, procurar que la mujer no se revele, sino que sea sumisa y sirva al marido y al patrón.

El prototipo de familia que pregona la Iglesia y que es defendida por los gobernantes del estado semicolonial es la familia patriarcal, donde el marido es el jefe y macho de la casa, mientras la esposa es la encargada de tener los hijos, y no solo eso, sino ahora de trabajar afuera y luego volver a seguir trabajando en la labores del hogar. Hoy esta familia se ha ido moldeando a los requerimientos del capitalismo, la mujer ha sido captada por el sistema como una reserva de mano de obra, una obrera barata y eficiente, situación que deja mayores ganancias a los capitalistas. En este modelo patriarcal de familia las mujeres a parte de servir a un patrón capitalista tiene que servir a un marido, tiene que preñarse, concebir y cuidar los hijos, hasta tiene que acostarse cuando decida el marido. Conocidas son las estigmatizaciones que se hace contra las mujeres que no se casan o que no quieren tener hijos, los patriarcas no pueden concebir que una mujer renuncie y se revele contra la maternidad oficial, son maldecidas y hasta maltratadas, muchos suicidios de mujeres son causados por estas aberraciones.

No olvidemos que el papel de la Iglesia y la religión como instrumento ideológico de manipulación sigue vigente cada día y muy especialmente lanzándose contra la mujeres, los patriarcas de la Iglesia no se han cansado de lanzar lodo desde sus púlpitos contra las mujeres revolucionarias y comunistas, y lo han hecho a propósito a sabiendas que ellas son la luz y la esperanza para romper las cadenas que por siglos les han impuesto.

Sólo la revolución proletaria emancipará a la mujer de las cadenas capitalistas y patriarcales

La opresión que sufrimos las mujeres por el sistema clasista y por el patriarcado no tiene que ver solo con aspectos superestructurales como al educación, el sistema jurídico o la cultura, sino que sus raíces mismas están en la base económico social, ya que es la base económica la que determina incluso la organización familiar.  Históricamente la problemática de la mujer ha ido cambiando según cambio el modo de producción de la época. Desde el surgimiento de la propiedad privada, las relaciones sociales de opresión y aparecimiento del Estado la situación de la mujer se fue relegando, desde la pérdida de la filiación materna y el derecho hereditario materno que se sustituyó por la filiación masculina y el derecho hereditario paterno las mujeres fuimos perdiendo terreno. El devenir de las sociedades clasistas como el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo han profundizado la discriminación, la violencia y la desigualdad de la mujer.

El capitalismo busca enmascarar de múltiples maneras dicha opresión, es común oír hablar a los capitalistas que la mujer ya se ha “superado” que ya son jefas, que ya se hacen profesionales, gerentes, que son activas en la producción. La verdad es que el capitalismo incorporó a la mujer (incluso a las niñas) al sistema productivo como una nueva fuente de donde explotar y acrecentar sus ganancias. Los capitalistas manteniendo la discriminación y la desigualdad de la mujer obtienen más beneficios. Hoy en día las mujeres son mal pagadas por su trabajo, son acosada e irrespetadas en sus derechos laborales por los patrones. El capitalismo de ningún modo puede dar esperanzas a las mujeres para su emancipación, las raíces de la opresión están juntamente en la naturaleza de este sistema explotador y patriarcal. Ni las mujeres burguesas se libran del estigma y el discrimen, pese a conseguir bienes y riqueza siempre son relegadas a segundo plano y vistas como objetos de placer. El capitalismo ha agudizado la situación  de la mujer en las clases oprimidas, ha complicado el quehacer diario de tantas mujeres, quienes además de ir a la fábrica o a cualquier trabajo para sobrevivir tienen además que preocuparse de los hijos y del hogar.

Pero la incorporación de la mujer al sistema capitalista de producción las ligó a las masas obreras, las mujeres se relacionaron con la lucha obrera y esto provocó que ellas dieran un giro enorme también juntándose a la lucha general de la clase obrera. Un aspecto medular de la concepción proletaria en cuanto a lucha por la revolución es justamente  la participación activa de las mujeres proletarias a este proceso. La politización de las mujeres, su vinculación a la organización y movilización es parte fundamental del proyecto revolucionario y es el único camino real de emancipación.

Por ello es fundamental educar a las mujeres de las masas populares en la importante labor que estamos cumpliendo en la lucha por derrocar al capitalismo-imperialismo. Nada detiene la furia de las mujeres explotadas una vez que toman conciencia de la causa de los males que pesan sobre ellas desde que son niñas. Una vez que entienden que un futuro distinto para las mujeres sólo será posible terminando con este sistema que vive de la doble explotación de su trabajo, el dominio sobre sus cuerpos y la discriminación por su género.

La emancipación de la mujer no tiene nada que ver con competir con los varones, la emancipaciones la mujer tiene que ver con tumbar este sistema opresor de raíz, tiene que ver con construir la anhelada sociedad sin clases, entonces tendremos emancipación económica y cultura enrome y real,  entonces las mujeres respiraremos justicia y hasta nuestra libertad sexual será maravillosa.

En este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, hay que saludar la nueva ola de mujeres revolucionarias que surge con toda vitalidad para marcar el camino fuera de las filas burguesas, pequeñoburguesas y reformistas. Saludar la conformación de organizaciones proletarias, independientes de mujeres como Luna Roja que estamos seguros va a fortalecer al movimiento revolucionario que se viene gestando a través del BLOQUE PROLETARIO.

¡ MUJERES A ROMPER LAS CADENAS DE LA OPRESIÓN !


COORDINADORA CAMPESINA POPULAR CCP