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DE MARZO: LUCHAR CONTRA LAS CADENAS DEL CAPITALISMO-IMPERIALISMO
"El
éxito de la revolución depende del grado en que, participen las mujeres".
V.I.
Lenin
"Las
mujeres como los hombres son reaccionarias, centristas o revolucionarias, no
pueden, por consiguiente, combatir juntas la misma batalla. En el actual
panorama humano la clase diferencia a los individuos más que el sexo".
J.C.
Mariátegui
Este 8 de Marzo, el Día
Internacional de la mujer trabajadora, saludamos a todas las compañeras que
entregan su labor de compromiso por la noble causa de servir de todo corazón a
las masas explotadas. A las compañeras de la ciudad y del campo que se
organizan para levantar sus puños contra este sistema patriarcal y clasista.
Nuestra solidaridad por las
luchadoras que entregan su tiempo y convicción voluntariamente, para las
mujeres que creen firmemente en que si es posible una sociedad radicalmente
diferente, para esas mujeres que desafían al sistema opresor y sus gobernantes,
para ellas que se ponen de pie sin tambalear y que creen firmemente en los
principios proletarios del socialismo científico. Nuestro saludo y solidaridad
de clase para las mujeres revolucionaras y comunistas, aquellas que llevan las
banderas y la herencia de las mujeres bolcheviques y las comunistas chinas que asaltaron los
cielos y construyeron el socialismo.
Este 8 de Marzo es un día de
conmemoración, pero es al mismo tiempo un día de lucha, un día de oponerse a
las lacras que imponen los capitalistas, contra la burda hipocresía y la
llamada “conquista de derechos”, cuando a cada minuto una mujer es maltratada,
cada instante es acosada, es insultada, es golpeada, es violada.
¿Qué
ofrece este sistema a las mujeres?
Las aberrantes imposiciones que
convierten a las mujeres (millones aun niñas) en simple objetos sexuales,
sexismo extremo, pornografía desenfrenada, explotación vil de su fuerza de
trabajo. En este sistema capitalista –imperialista las mujeres llevan las
cadenas de la discriminación heredadas del oscuro feudalismo, la influencia del
fundamentalismo cristiano y católico ha servido para estigmatizar y esclavizar
a la mujer y convertirla en incubadora y seres al servicio de maridos
machistas, la imposición de la familia patriarcal donde la mujer sufre todo
tipo de vejámenes y violaciones. La Iglesia junto al Estado burgués determinan
descaradamente sobre la vida de las mujeres, imponen su podrida moral, códigos
machistas y legislaciones criminales que lo único que hacen es enmascarar la
violencia contra las mujeres, muy especialmente contra las mujeres oprimidas,
contra las obreras y campesinas pobres. Los jerarcas machos de la Iglesia junto
a los capataces gobernantes de la democracia burguesa se creen dueños del
cuerpo de las mujeres. En Ecuador un país semicolonial (como tantos otros)
gobernantes, politiqueros y curas representan la peste más atrasada y
reaccionaria que manipula la problemática de la mujer. El gobierno filo filofascista
del correismo ha mostrado su moral ideológica recalcitrante y caduca para
oponerse a la despenalización del aborto mientras otros reaccionarios de todo
pelaje y algunos seudoizquierdistas beatos han decidido que ni en caso de
violación a una mujer se pueda optar legalmente por un aborto, han hecho una
santa cruzada para no reconocer el derecho de las mujeres a decidir sobre sus
cuerpo, el concepto feudal de la maternidad se lo va moldeando al mercantilismo
capitalista.
Descaradamente el gobierno
correista levanta campañas populistas dizque para procurar bajar el índice de
embarazos en adolescentes, mientras no hace nada contra las causas de base que
lo provocan. La “cultura” basura del capitalismo y las cadenas imperialistas
campean por todos los poros, música, cine, pornografía, programas de TV, etc.,
son el pan diario que está consumiendo y
embobando a millones de jóvenes, una montaña de basura mediática que se difunde
al granel y a todas sus anchas por los nuevos medios tecnológicos y que
alimentan las arcas de corporaciones imperialistas de la información. El Estado
y gobierno semicolonial es cómplice, su
papel de títere de las mafias económicas
y de la “cultura” mercantilista ayuda en la alienación especialmente de
la juventud. Ahora mismo el correismo está anunciando la implementación del
“plan familia”, emulando a los patriarcas machista de la Iglesia y a los
vendedores de “valores” de la sectas religiosas, quieren arrasar contra los
adolescentes, quieren controlar con sus podridos códigos de “abstinencia” y “
buenos modales”, no se hartan con manipular todos los días a millones de niñas,
niños , adolescentes y juventud en los centros educativos que controlan.
Como es que un gobierno, que
está ya una década en el poder, no ha podido implementar una política para que
las jóvenes y los jóvenes optimicen sus criterios sobre la sexualidad, o que
tomen mayor conciencia y mejor educación para enfrentar dicha situación, ya no
estamos en tiempos de nuestros abuelos, cuando se decía que faltaba
comunicación en la familia, que faltaba información. Como es que, hoy en día, Ecuador padece semejante
problemática siendo uno de los países con mayor índice de embarazo de
adolescentes (cuántos de esos embarazos son por engaño, abuso violento,
violación y maltrato contra las chicas) mientras un gobierno cínico se jacta
que a “revolucionado” la educación y que marcha al “buen vivir”.
Vale poner las cosas en claro
sobre algunos aspectos: ¿Cuál es los objetivos del sistema educativo oficial?
¿Cuál es el fin de los llamados medios de comunicación escrita, radial, TV?
¿Cuál es el papel de la iglesia en esta sociedad capitalista? Las mujeres
proletarias y revolucionarias tenemos respuestas contundentes.
La educación oficial está
dirigida a la mera instrucción, su objetivo fundamental es moldear
ideológicamente y adiestrar tecnócratas para mantener la dominación de clase,
mantener el statu quo, mantener el sistema económico-social injusto basado en
la explotación del hombre por el hombre. Miremos bien claro, por ejemplo el
correismo cerca de una década ha manejado miles de establecimientos pre
escolar, escuelas, colegios, universidades, etc., ha gastado millones de
dólares en tecnócratas e infraestructura (aparte del negociado que hay en obra
pública) con el cuento de la “mejora educativa” pero vemos que la juventud (y
no sólo ella) está más alienada, más a merced del consumismo, sin herramientas
de respuesta ante tanta manipulación. El correismo ha dado impulso hacia una
educación profesionalizante, elitista, tecnócrata, adecuada a lo que pide el
capital, ha despolitizado a la juventud para que no proteste, a metido miedo y
temores bajo control secular de convento. Y en todo esto las mujeres jóvenes
sentimos más la bota del gobierno patriarcal.
Los llamados medios de comunicación
monopolizados por la burguesía de Alianza País y por la otra ya conocida
(aunque la plena es que decenas de chupamedias “periodista” que hoy comen del
plato del correismo son lo mismo que antes mamaban de los otros conocidos) son los
noveleros mercaderes, los encargados de hilvanar noticias y programas para
ensalzar la mugrienta sociedad capitalista, pregoneros de la moral y la ética
individualista, machista, consumista. No nos venga con el cuento la llamada
“libertad de opinión”, ¿y desde cuando ha existido libertad de opinión para las
masas oprimidas? El negocio de la
prensa, radio, Tv, cable, internet, siempre ha estado en manos de las clases
dominantes y sirven para difundir lo que interesa al capital. Estos llamados
medios de comunicación en manos de la burguesía y del estado reaccionario están
plagados de programas machistas y faranduleros, llenos de vulgaridad y la promoción de conductas
retrógradas. Los llamados programas noticiosos o de “debate” son charlatanería
amarillista, repetición de las cadenas imperialistas, son los antojos de
capataz dueño del medio, los invitados son una élite de politiqueros y sabidos reaccionarios. El sesgo morboso y machista está marcado por estos medios que a
diario divulgan eventos de belleza,
estilos de “éxito” burgués, pornografía, vociferadas del papa, novelas
porquería, todo ello alimenta la discriminación y la violencia contra las
mujeres.
Muy conocido es el papel la Iglesia
entrometiéndose en la vida de la gente, que calidad moral tiene este ejército
de mentirosos, corruptos y machistas mandamases que utilizando la religiosidad
de la gente y con el garrote de meter miedo viven tan campantes junto a gobernantes
y clases opresoras. La Iglesia Católica y las demás sectas, cargan lo más
repugnante e inmundo en sus acciones contra la mujer, son los malditos
culpables de tantos crimines contra las mujeres desde tiempos antiguos, son
culpables de tanta estigmatización sobre las mujeres, bajo el cuento de que la
mujer fue hecha de la costilla del hombre, bajo la marca que la mujer
representa el pecado, bajo la canalla oración de que la esposa debe servir al
marido se ha ido institucionalizando el machismo y la discriminación contra las
mujeres, desde luego muchos de los patriarcas que cita la Biblia como Abram, Isaías,
Moisés, Salomón o David, eran dueños de esclavos y esclavas, además poseían un
conjunto de mujeres como propiedad para sus deleites. Estos personajes son los
que han decidido sobre la vida de millones de mujeres por siglos. Pero acaso ha
cambiado hoy en día todo esto, sí ha cambiado el ambiente, la época desde
luego, pero los escándalos y los lados “ocultos” de la iglesia patriarcal
siguen intactos. La Iglesia Católica como otras sectas se ha ido acomodando
como la serpiente que muda de escama, con algunas reformitas hoy en día
comparte el poder con los capitalistas e imperialistas, sus actos infectos y de
corrupción sexual aparecen como noticias permanentemente. Su papel es ayudar a
corromper la conciencia de las masas, procurar que la mujer no se revele, sino
que sea sumisa y sirva al marido y al patrón.
El prototipo de familia que
pregona la Iglesia y que es defendida por los gobernantes del estado
semicolonial es la familia patriarcal, donde el marido es el jefe y macho de la
casa, mientras la esposa es la encargada de tener los hijos, y no solo eso,
sino ahora de trabajar afuera y luego volver a seguir trabajando en la labores
del hogar. Hoy esta familia se ha ido moldeando a los requerimientos del
capitalismo, la mujer ha sido captada por el sistema como una reserva de mano
de obra, una obrera barata y eficiente, situación que deja mayores ganancias a
los capitalistas. En este modelo patriarcal de familia las mujeres a parte de
servir a un patrón capitalista tiene que servir a un marido, tiene que
preñarse, concebir y cuidar los hijos, hasta tiene que acostarse cuando decida
el marido. Conocidas son las estigmatizaciones que se hace contra las mujeres
que no se casan o que no quieren tener hijos, los patriarcas no pueden concebir
que una mujer renuncie y se revele contra la maternidad oficial, son maldecidas
y hasta maltratadas, muchos suicidios de mujeres son causados por estas
aberraciones.
No olvidemos que el papel de la
Iglesia y la religión como instrumento ideológico de manipulación sigue vigente
cada día y muy especialmente lanzándose contra la mujeres, los patriarcas de la
Iglesia no se han cansado de lanzar lodo desde sus púlpitos contra las mujeres
revolucionarias y comunistas, y lo han hecho a propósito a sabiendas que ellas
son la luz y la esperanza para romper las cadenas que por siglos les han
impuesto.
Sólo
la revolución proletaria emancipará a la mujer de las cadenas capitalistas y
patriarcales
La opresión que sufrimos las
mujeres por el sistema clasista y por el patriarcado no tiene que ver solo con
aspectos superestructurales como al educación, el sistema jurídico o la
cultura, sino que sus raíces mismas están en la base económico social, ya que es
la base económica la que determina incluso la organización familiar. Históricamente la problemática de la mujer ha
ido cambiando según cambio el modo de producción de la época. Desde el
surgimiento de la propiedad privada, las relaciones sociales de opresión y
aparecimiento del Estado la situación de la mujer se fue relegando, desde la
pérdida de la filiación materna y el derecho hereditario materno que se
sustituyó por la filiación masculina y el derecho hereditario paterno las mujeres
fuimos perdiendo terreno. El devenir de las sociedades clasistas como el
esclavismo, el feudalismo y el capitalismo han profundizado la discriminación,
la violencia y la desigualdad de la mujer.
El capitalismo busca enmascarar
de múltiples maneras dicha opresión, es común oír hablar a los capitalistas que
la mujer ya se ha “superado” que ya son jefas, que ya se hacen profesionales, gerentes,
que son activas en la producción. La verdad es que el capitalismo incorporó a
la mujer (incluso a las niñas) al sistema productivo como una nueva fuente de
donde explotar y acrecentar sus ganancias. Los capitalistas manteniendo la
discriminación y la desigualdad de la mujer obtienen más beneficios. Hoy en día
las mujeres son mal pagadas por su trabajo, son acosada e irrespetadas en sus
derechos laborales por los patrones. El capitalismo de ningún modo puede dar
esperanzas a las mujeres para su emancipación, las raíces de la opresión están
juntamente en la naturaleza de este sistema explotador y patriarcal. Ni las mujeres
burguesas se libran del estigma y el discrimen, pese a conseguir bienes y
riqueza siempre son relegadas a segundo plano y vistas como objetos de placer.
El capitalismo ha agudizado la situación
de la mujer en las clases oprimidas, ha complicado el quehacer diario de
tantas mujeres, quienes además de ir a la fábrica o a cualquier trabajo para
sobrevivir tienen además que preocuparse de los hijos y del hogar.
Pero la incorporación de la
mujer al sistema capitalista de producción las ligó a las masas obreras, las
mujeres se relacionaron con la lucha obrera y esto provocó que ellas dieran un
giro enorme también juntándose a la lucha general de la clase obrera. Un
aspecto medular de la concepción proletaria en cuanto a lucha por la revolución
es justamente la participación activa de
las mujeres proletarias a este proceso. La politización de las mujeres, su
vinculación a la organización y movilización es parte fundamental del proyecto
revolucionario y es el único camino real de emancipación.
Por ello es fundamental educar
a las mujeres de las masas populares en la importante labor que estamos
cumpliendo en la lucha por derrocar al capitalismo-imperialismo. Nada detiene la
furia de las mujeres explotadas una vez que toman conciencia de la causa de los
males que pesan sobre ellas desde que son niñas. Una vez que entienden que un
futuro distinto para las mujeres sólo será posible terminando con este sistema
que vive de la doble explotación de su trabajo, el dominio sobre sus cuerpos y
la discriminación por su género.
La emancipación de la mujer no
tiene nada que ver con competir con los varones, la emancipaciones la mujer tiene
que ver con tumbar este sistema opresor de raíz, tiene que ver con construir la
anhelada sociedad sin clases, entonces tendremos emancipación económica y cultura
enrome y real, entonces las mujeres
respiraremos justicia y hasta nuestra libertad sexual será maravillosa.
En este 8 de marzo, Día
Internacional de la Mujer, hay que saludar la nueva ola de mujeres
revolucionarias que surge con toda vitalidad para marcar el camino fuera de las
filas burguesas, pequeñoburguesas y reformistas. Saludar la conformación de
organizaciones proletarias, independientes de mujeres como Luna Roja que
estamos seguros va a fortalecer al movimiento revolucionario que se viene
gestando a través del BLOQUE PROLETARIO.
¡
MUJERES A ROMPER LAS CADENAS DE LA OPRESIÓN !
COORDINADORA
CAMPESINA POPULAR CCP