miércoles, 24 de septiembre de 2014

La Minga: trabajo socialista solidario y comida soberana
                                                           CCP realizó la siembra de maíz

La Coordinadora Campesina Popular y compañeros de la Acli, realizaron la última siembra de maíz para cerrar el año. En  el sector La Esperanza fue la cita solidaria donde los compañeros llegaron con sus machetes bien afilados, sus tongas y sobre todo con los ánimos a tope. Todos conscientes a sabiendas que las tareas de las mingas para el campesinado revolucionario es el llamado de unidad, comunitarismo, educación, defensa y lucha.

En plena minga desbrozando la luzara
Las siembras de maíz en la ceja amazónica comienzan desde junio y se extienden hasta finales de agosto, con variaciones según los cambios que siempre aparecen con el clima. Todos los años se hacen las siembras pese a la enorme maquinaria capitalista-imperialista de propaganda, que junto a las autoridades parasitarias, promocionan cientos de productos y modelos de consumo de corporaciones y empresas que lesionan enormemente a la pequeña producción campesina, tanto a sus formas de cultivo, manejo, semillas, distribución y hasta a las prácticas culturales de alimentarnos.

Pese a ello la vida del mediano y pequeño campesino aún se desenvuelve en las siembras y las tradiciones agrícolas y culturales. La producción campesina es   todavía vital para la alimentación de sus propias familias y de los sectores populares. El maíz  es el grano preciado, de él vive la gente, animales, aves y hasta cantidad de insectos. En el fogón campesino  hay una variada cultura culinaria, desde sopas con maíz pelado y triturado, hasta las deliciosas tortillas que se tuestan sobre un  tiesto caliente, desde los chachis que nos dan energía, hasta las humitas con guayusa o café que nos reconfortan en desayunos o meriendas; como no el mote, como no la chicha.

Con el maíz aparece nuestra historia, nuestra lucha por adaptarnos a nuevos ecosistemas, desde la sierra nuestros padres y abuelos vinieron cargados de cultura y conocimientos sobre el maíz, somos gente de maíz, por eso hoy defender este granito es una forma de resistencia contra los monopolistas y envenenadores de los cultivos, contra  los asesinos capitalistas de las tradiciones y la comida sana.

Manuel Peláez, que es minguero de la CCP, en medio del mágico sonido de insectos de la luzara dijo: “para nosotros hacer la minga es compartir con los compañeros, en ella están recuerdos y esperanzas, venimos aquí con los machetes y los ganchos… si el machete para nosotros en una valiosa herramienta, sobre todo el machete significa un símbolo de la lucha del campesinado. Con el gancho nos ayudamos para que la técnica del macheteo se más pulida, nos ayuda para agarra lo que debemos cortar, limpiar o también para defendernos hasta de una serpiente.”
Voleando el maíz en la luzara

El compañero Jorge Ramón explica que: “…la minga viene desde nuestros abuelitos, desde tiempos inmemoriales, incluso antes se hacían más seguidas, había más compromiso, se trabajaba duro, se traída bastante comida y se tomaba mucha chicha. Eso estamos ahora haciendo, gracias a la organización campesina hemos recuperado eso que es parte de nosotros. Porque somos gente de trabajo, somos gente dura, aquí estamos sembrando y eso es un orgullo, no comprando la chatarra que nos traen y los pollos de incubadora que son basura. Con el maicito nos reconocemos como gente de compromiso y de lucha.”

La compañera Teresa Salinas, que no se queda atrás en el trabajo del desmonte de la luzara, dijo: “Fuu la minguita hacemos desde siempre, este tiempo no más los politiqueros y autoridades quieren destruir minga ofreciendo contratos en los trabajos, ofreciendo pequeñeces para comprar la conciencia a la gente, eso destruye el trabajo comunitario. Mire como el gobierno del Correa da bonos para hacer que la gente no trabaje, son bonos que funciona como la pastilla química que son calmante para esconder la enfermedad, nada más. En cambio, nosotros con las mingas, con el trabajo  y la organización campesina sobrellevamos la vida, con nuestro esfuerzo propio, no necesitamos de los tecnicullos del Magap y los Agrocalidad que con sus manitos de princesas no saben lo que es coger un machete, un pico o sostener una soga de una vaca. Ahora las juventudes son debiluchos, mire en las mingas hasta un buen puro nos tomamos, ahora las juventudes ni para eso valen….jajajaja…. les tiene atontados con los celulares y la televisión.”

También vemos llegar al lugar de la minga al dirigente Fernando Mejía junto al presidente de la Acli en compañero Benigno Chacón, ellos están arribando desde otra región para estar presentes. En unas breves notas el primero nos describió sobre algunas inquietudes que tenemos en cuanto a la forma del sembrado de maíz:

Chupando caña agria para la sed
“Bueno, esta forma o técnica es muy usada por el campesinado de acá del Oriente; nuestros padres y abuelos lo hacían desde que entraron al Oriente, sobre todo cuando vieron que el suelo estaba muy abonado, se experimentó y se vio que sembrar el maíz al voleo daba buen resultado. De ahí que en la fincas los compañeros destinan un espacio que se denomina la  luzara. Es en la luzara que se hace la siembra del maíz al voleo y junto a ello se riega también el frejol. La luzara es un espacio que generalmente está muy abonado, porque el suelo está descansado. Los compañeros suelen hacer descansar al suelo de dos a tres años de una siembra a otra. Acá en el oriente cuando se deja un espacio así libre, velozmente crecen muchas plantas y especies que protegen el suelo y lo regeneran en nutrientes y humus; muchos insectos y microorganismos hacen su trabajo y los residuos orgánicos de la anterior siembra se descomponen y todo está listo. Entonces, es muy importante mantener las luzaras para hacer los cultivos. En las mingas repicamos y preparamos el terreno, la semilla tanto de maíz como de frejol que hemos seleccionado se bota al voleo y  se lo hace primerito, el macheteo viene detrás, así las semillas caen en el suelo y quedarán cubiertas con la vegetación desbrozada, protegiendo y dándole humedad para la germinación. En esta forma de cultivar no se hace ni surcos ni ponemos piolas y ni otras tonterías que los llamados técnicos de los organismos burocráticos por décadas repiten lejos de la realidad. Aquí nos movemos aprendiendo de la propia naturaleza, y desde luego, por el fin y el objetivo que proponemos cuando hacemos un cultivo, basamos nuestro trabajo en la solidaridad, la salud y la lucha.”

Compartiendo la tonga
A su turno, Benigno Chacón, también dio una opinión acerca de cómo organizan las tareas de la Acli: “Hacemos muchas actividades, en la preparación política e ideológica, la capacitación en temas ambientales y relaciones con la naturaleza. Recién terminamos un taller sobre la importancia de los árboles. Bueno, la minga es parte de nuestra cultura y compromiso. Ahora mismo muchos hemos madrugado desde las cinco de la mañana para llegar a esta siembra, es muy importante para nosotros, y se ve ese compromiso. Así hacemos, el trabajo comunitario y socialista como llamamos nosotros  nos da muchas ventajas, incluso económicas, porque muchas manos y brazos unidos hacen más y hacen con más eficiencia, y lo hacemos con alegría y contamos historias y hasta cantamos, si en plena minga hasta cantamos, y  claro, no falta alguna avispa o tispo que a veces nos hace saltar de dolor, porque aquí en la luzara hay que andar con los ojos bien abiertos. En fin, aquí en la práctica de la organización popular hacemos y aprendemos lo que los politiqueros busca votos y gobierno vendepatria nunca harán, y no harán porque ellos son serviles del sistema capitalista, miren a la prefectura de Pachakutik que lleva ya cinco años dando migajas y despilfarrando el dinero del pueblo en propaganda y politiquería barata, igualitos al gobierno, miren al alcalde de Gualaquiza de Pachakutik, arrodillado a Correa , le acaba de dar la las llaves de la ciudad, porque dice que necesita un colegio del “milenio”. Los electoreros de la burguesía no tienen soluciones para el pueblo sólo cadenas con su asquerosa democracia capitalista.”

Casi a la una de la tarde los mingueros se llaman unos a otros para hacer una parada, es hora de abrir las tongas, es hora de comer el almuerzo. Bajo un frondoso matapalo y junto a unas plantas de guineo se prepara la mesa, de las tongas salen sabores y colores. Pronto las diversas comidas sobre hojas de bijao parecen una obra de arte. Hay papachina, mote, quesillo, plátano maduro, yuca, hay también carne seca humeada de res, hay presas de gallina criolla, y claro el infaltable cuy asado. Para beber los compañeros han traído guarapo le agregan unos limones y todo queda perfecto. Es una mesa auténticamente campesina; hablan de todo, se ríen, de rato en rato dedican palabras de grueso calibre contra el gobierno y sus políticas populistas que sirven al sistema.

Un grupo de mingueros con sus machetes
A la cinco de la tarde ha terminado la jornada, son casi dos cuadras de siembra que están terminadas, es hora de regresar a las casas, brindan el último conzhito de una botella de puro de caña que les ha acompañado todo el día. Hay compañerismo y risas  a veces muy escandalosas que delatan gran optimismo y deseos que habrá muchas humas, tortillas  y mote ya muy pronto. Bulliciosamente van por el camino de retorno con el machete en mano, van llenos de esperanza, saben que una siembra es algo casi sagrado, saben que quedó una semilla sobre tierra, que mañana algo brotará necesariamente.  Así como la explotación terminará cuando el pueblo se organice, cuando los trabajadores del campo y la ciudad hagan una gran minga roja y se atrevan a tomar el poder; eso será algo que hará temblar a las burguesías e imperialistas, será la minga que hará nacer una nueva vida.