martes, 3 de mayo de 2016

Entrevista al Bloque Proletario


SÁBADO, 30 DE ABRIL DE 2016
Entrevista realizada por la Revista ConCiencia Revolucionaria al Bloque Proletario

¿Qué tipo de organización es el Bloque Proletario, cuáles son sus objetivos y principios?

El Bloque Proletario es un frente que agrupa a varias organizaciones cuyo objetivo es desarrollar una NUEVA CORRIENTE REVOLUCIONARIA en el país. Hace varios años nos venimos juntando en acciones concretas, especialmente marchas y movilizaciones como la del Primero de Mayo. Pero hace dos años decidimos pasar a una acción conjunta más estratégica, es decir que rebase las alianzas coyunturales que realizan otras organizaciones, para plantearnos una unidad real en búsqueda de ese objetivo. El Bloque Proletario está compuesto por  organizaciones nuevas, que no tienen ninguna relación con los partidos politiqueros o frentes de la izquierda tradicional, y que se levantan bajo principios como la independencia de clase, la autogestión, y el trabajo permanente en los sectores populares. Son parte del Bloque: Movimiento Vientos del Pueblo, Coordinadora Campesina Popular, Brigada Obrera Revolucionaria, Revuelta Estudiantes Organizándose, Asociación de Centros Culturales Arte y Libertad, Luna Roja, Voces de Libertad, Frente de Hip Hop Rap Resistencia y Retumba la Prole.

¿Por qué desarrollar una instancia que agrupe a varios sectores que tienen reivindicaciones distintas?

Porque los explotados y oprimidos por el sistema capitalista-imperialista son la mayoría y están regados en diferentes espacios. Después de la disgregación de la URSS y con el supuesto fin de la historia emerge el discurso posmoderno donde la lucha de clases dejaba de ser el articulador. El discurso y la práctica del poder sentaron una agenda donde la resistencia debía reemplazar a la revolución y donde cada grupo debía buscar sus intereses dentro del mismo capitalismo. Ello atomizó la lucha en mil partes volviendo inefectivas esas demandas y dándoles un matiz reformista. El divide y vencerás volvía a ser utilizado contra los sectores populares. El Bloque Proletario afirma que el principal obstáculo para la consecución de las necesidades fundamentales de los diferentes sectores oprimidos se halla en la lucha contra el sistema como tal, pues si nos detenemos a pensar por un momento veremos que éste es la principal barrera para una vida digna de los trabajadores, para que el campesinado tenga tierra, para que la educación sea en realidad liberadora e integral, para que la mujer se emancipe, para detener el desastre ecológico y ambiental, para terminar con la opresión cultural y nacional. Nosotros afirmamos que sólo una lógica clasista puede juntar estas luchas pues una genuina revolución es la única garantía para resolver estas problemáticas. Y en ese sentido afirmamos que el conductor de ese proceso es el proletariado, y no desde una visión reificadora, sino por sus características como clase, pues al estar despojado de todo lucha contra la base de la explotación: la propiedad privada de los medios de producción, es decir lucha contra el sistema capitalista como tal. Aún en un país como el nuestro, donde el proletariado es minoría, afirmamos ese papel de dirección tanto en el plano ideológico como político, pero manifestamos que sólo juntando a todos los sectores oprimidos se podría lograr una verdadera transformación. 
 
¿Por qué construir una organización nueva en un país donde existen una serie de organizaciones de izquierda?

Básicamente por dos aspectos centrales. El primero es que nosotros consideramos que en el Ecuador no existe una izquierda revolucionaria sino reformista-oportunista, que a lo largo de la historia ha traficado con los intereses de los sectores populares para que sus dirigentes hagan vida económica de la política, colocándose como funcionarios del Estado y el sistema al que dicen combatir, gozando de prebendas que los distancian totalmente de quienes ellos dicen representar. Así pues han colaborado con los gobiernos de turno, no porque crean que van a solucionar los problemas populares, sino bajo la base de conveniencias personales. Para nosotros esa izquierda ha arrastrado a los sectores populares al camino de la conciliación, del colaboracionismo, de la pasividad, a confiar en salidas institucionales que han enmarcado la lucha en variantes inofensivas para la clase dominante.  Su problema no es sólo su práctica torcida y aprovechadora, sino también su línea política que es más cercana a un planteamiento socialdemócrata que a uno revolucionario. No buscan destruir el sistema sino hacer politiquería barata y que de rebote caigan unas cuantas migajas a los sectores populares desorientándolos de la lucha, que ellos generalmente no han levantado, sino que se han trepado en ella para darle un cauce inofensivo. La frase de Lenin: la lucha contra el imperialismo es una frase vacía y falsa si no se halla ligada a la lucha contra el oportunismo es bastante aleccionadora en ese sentido, pues esta izquierda simplemente ha arrastrado a las masas a confiar en el Estado y en uno u otro representante de la burguesía monopólica, aliada máxima del imperialismo. Ello nos lleva al segundo aspecto pues algo de lo que ha carecido históricamente la clase trabajadora del país es de un elemento de dirección que permita potenciar la lucha mediante procesos genuinos de conciencia y organización. La construcción de un programa propio bajo una línea revolucionaria es fundamental en ese sentido para ejecutar una política de acuerdo a los intereses y aspiraciones de los sectores populares y no ser arrastrados por las “posibilidades” que otorga la democracia burguesa. El Bloque Proletario busca ser la superación cualitativa de esa izquierda y no su simple reproducción. Por ello nos diferencian muchas cosas como por ejemplo contar con una línea política definida que se mantiene de forma permanente y que no cambia de manera oportunista ante la coyuntura, un trabajo constante de hormiga en los sectores populares, una línea de masas, un estilo de trabajo nuevo, una estrategia y táctica definidas, y algo a lo que le hemos puesto mucha atención: la unidad teórica y práctica como base del desarrollo político. Creemos que el pensamiento ha sido reducido y vulgarizado por el pragmatismo de una izquierda disfuncional ideológicamente, y que hay que reconstruirlo desde bases sólidas que toman el materialismo histórico como eje para la comprensión y transformación de la sociedad; y en cuanto al trabajo práctico nosotros realizamos una acción permanente y honesta en los sectores populares, una praxis que trasciende el utilitarismo de la izquierda tradicional y la falta de constancia y definición de los colectivos.

¿Cuál es su posición ante el gobierno de la revolución ciudadana?

Algunas organizaciones que en esos momentos estaban dando sus primeros pasos, como Vientos del Pueblo y la Coordinadora Campesina Popular,  manifestamos desde el inicio, es decir desde la campaña electoral del 2006, que Alianza País representaba una avanzada de un sector de la burguesía por hacerse del control del Estado, en el que además se encontraban algunos sectores de clase media con aspiraciones económicas. Nos opusimos a la propuesta de la Asamblea Nacional Constituyente y a la posterior constitución, pues la resistencia del pueblo, que se había levantado en las calles derrocando tres presidentes en menos de diez años, buscaba ser arrastrada a una solución legalista que terminó en los hechos reforzando al Estado como aparato de dominación de clase y conculcando una serie de derechos fundamentales que se encontraban garantizados. Toda la izquierda: las centrales sindicales y los partidos reformistas, hicieron campaña por el gobierno, con especulaciones baratas y estériles como las de la peligrosidad de Noboa, introduciendo nuevamente la idea del “mal menor”. Bueno el desenlace ya lo conocemos, el remedio terminó siendo peor que la enfermedad. Cuando Correa empezó su gestión recibió el apoyo de estos sectores que lo señalaban como un gobierno “patriótico, antimperialista, democrático y revolucionario”; y a quienes nos oponíamos se nos atacaba manifestando que somos extremistas y radicales que no comprendemos los momentos históricos. Y el tiempo nos terminó de dar la razón a nosotros, ahora estos grupos son parte de una falsa oposición al gobierno, pues se han ubicado allí porque fueron desplazados del Estado una vez que Alianza País ya no los necesitó.

En lo concreto, el gobierno de Alianza País representa los intereses de la burguesía, tanto de algunos grupos de la facción compradora-financiera, como de la burocrática. En el primer elemento las ganancias de la banca y de los grandes monopolios han sido las mejores de la historia de la mano de la revolución ciudadana. En el segundo caso, existe una nueva facción que se benéfica del Estado como eje de acumulación para, a través de los negociados, contratos y ejecución de políticas públicas, erigirse como grupos monopólicos fuertes en el país. Nosotros consideramos que la revolución ciudadana aparte de no romper con la dominación del imperialismo estadounidense, ha sido la punta de lanza del imperialismo chino en su lógica expansionista en el país, hemos pasado de una deuda de 9 millones de dólares en el 2005 a más de 8mil millones en la actualidad, y a través de esos préstamos China se ha asegurado no sólo el control del petróleo y los minerales ecuatorianos, sino además los grandes proyectos de construcción que sirven precisamente como garantía para la inversión de capital. El cambio de matriz productiva no pasa de ser un slogan. El gobierno que llegó con un discurso anti-deuda es el que más se ha endeudado en la historia, hoy las obligaciones del país (deuda pública y privada) bordean los 34 mil millones de dólares. Para equilibrar este déficit el Estado traslada los costos a través de impuestos al pueblo, sosteniendo un Estado parásito. Además en este gobierno se han conculcado una serie de derechos fundamentales, en el plano laboral las medidas tienden a procesos de flexibilización y precarización de las condiciones de trabajo al más puro estilo de la “larga y triste noche neoliberal”; la educación se ha elitizado y mercantilizado trabando el ingreso a miles de colegiales a la universidad, creando escuelas del milenio bajo una lógica de administración de poblaciones para su control, se ha perdido la autonomía y el pensamiento conservador, disfrazado de progresista, es cada vez más intenso; en el campo prevalece el agronegocio y la fórmula extractivista en desmedro del campesinado; se sostiene una lógica patriarcal en cuanto al tema de la mujer; y a los vendedores y artistas callejeros se les prohíbe el derecho al trabajo. Todo esto realizado bajo una política fascista que toma como ejes la corporativización del movimiento social y la criminalización y estigmatización de la lucha, generando un Estado policial y controlador que se sostiene además a través de un proceso de ideologización especialmente a través de los medios controlados por el gobierno.

¿Cuál ha sido su labor ante este gobierno?

Hemos hecho varias cosas, pero lo fundamental ha sido tener una posición clara y denunciar todo lo que ha ocurrido. Ello nos ha permitido hacer dos tipos de acción en concreto: la una tendiente a generar procesos de conciencia en los sectores populares sobre el carácter del gobierno, pero además del Estado pues consideramos que esta es una de las fallas originales de la izquierda, simplemente atacar al gobernante de turno, luego viene otro y continúan los problemas, esa es una confusión (intencional) sobre las diferencias que existen entre formas de gobierno y tipo de Estado, pues venga el gobierno que venga, en un Estado capitalista éste servirá siempre a los sectores dominantes. En ese sentido la realización de foros, talleres, espacios de discusión, han permitido ir desentramando ello. El otro tipo de acción ha estado orientado a sacar nuestra política a la calle, ello se dio como resolución de la 1era Asamblea del Bloque Proletario realizada en Noviembre del 2014 en la Escuela Politécnica Nacional, terminando con una protesta en los exteriores de la Asamblea. Hemos realizado una serie de movilizaciones como las del Primero de Mayo; una protesta que es histórica en los exteriores de la Embajada China; marchas por la educación al Senescyt y en las universidades organizadas por Revuelta; marchas en los barrios a través de la Asociación de Centros Culturales Arte y Libetrtad; acciones de resistencia, diálogos por la vida, encuentros campesinos y protestas contra la minería llevado a cabo por la Coordinadora Campesina Popular; marchas por los derechos de la mujer impulsados especialmente por Luna Roja; apoyo a la lucha de ASFADEC por las personas desaparecidas. Así pues nos hemos mantenido firmes en la lucha contra este gobierno a pesar de haber  recibido el amedrentamiento y ataque de la policía nacional en algunas de estas manifestaciones.
Mucho se habla de unidad contra el gobierno ¿Por qué ustedes no han participado en las marchas convocadas por las centrales sindicales y el movimiento indígena?
Para nosotros la unidad es algo que va más allá de las coyunturas. Lamentablemente esta palabra ha sido manoseada por la política utilitarista del reformismo. La unidad real atraviesa las coyunturas. Pero además la unidad debe ser genuina, es decir levantada bajo principios y programas que comparten los diferentes sectores que la componen. En ese sentido nosotros encontramos en las marchas por un lado un interés honesto y justo de protesta de la gente, pero por otro que lamentablemente la dirección de ello lo llevan los politiquerillos profesionales del oportunismo que buscan arrastrar la resistencia al tema electoral, que es algo de por sí inservible para el pueblo. Nosotros consideramos que se debe mantener la resistencia contra el gobierno, pero no para que luego vengan Lasso, Nebot, Noboa, González o Paco Moncayo y los problemas subsistan. Además la lucha no puede ser levantada por organizaciones que apoyaron al gobierno hace poco. En este país la única forma de trascender ello es generando una nueva corriente revolucionaria donde el pueblo sea quien conduce esa movilización de acuerdo a sus propios intereses. Nosotros creemos en la unidad de todos los sectores honestos, que reivindican sus derechos y en los que plantean una política que vaya más allá del margen democrático burgués. Por eso nos afirmamos en la consigna de NUESTRO CAMINO ES LUCHANDO, NO VOTANDO, pues las formas de lucha cambian a lo largo de la historia y es claro que desde hace varias décadas las elecciones no sirven para nada a los sectores populares.

¿El Bloque Proletario representa una unidad táctica-coyuntural?

El Bloque Proletario plantea una unidad estratégica. Es decir un proceso de construcción único y permanente que se riega en los diferentes sectores populares. Que si bien nos juntamos en la lucha concreta y especialmente en la movilización, es nuestro programa lo que nos une, es nuestra posición política y principios lo que nos permite estar juntos. Cada organización construye en su ámbito pero pensando siempre en el apoyo y respaldo a los otros espacios. Estamos seguros que la organización seguirá creciendo y será un importante actor de la transformación del país. Para nosotros lo vital es el trabajo de hormiga que realizamos constantemente y que en método y estilo es bastante parecido entre las organizaciones, pues todas buscamos potenciar la consciencia y organización para la lucha.

Un último mensaje para los lectores de la revista.

Bueno, que aún hay mucho por hacer. Que este es un momento de inflexión en la política de los sectores populares donde está emergiendo una nueva corriente revolucionaria en el país. Que se unan a este proceso tanto individuos como organizaciones. Que aparte de nuestro discurso nos conocerán especialmente por nuestra práctica. Que trascendamos lo estrictamente coyuntural y nos planteemos un proceso a largo plazo. Y que no hay que esperar que otros lo hagan sino que debemos tomar nuestro destino con nuestras propias manos. La lucha no decaerá pues las condiciones que la posibilitan permanecen más latentes y operantes que nunca.