lunes, 4 de mayo de 2015

BLOQUE PROLETARIO PRONUNCIAMIENTO SOBRE EL 1ERO DE MAYO: NUESTRA LUCHA ES CON ACCIONES NO BUSCAMOS ELECCIONES

Este primero de mayo del 2015 nuevamente estará mediado por la disputa pública entre el gobierno y la izquierda tradicional, una polarización de fantasía entre dos sectores que buscan aparecer como contendores, cuando en realidad entre sí no subsisten contradicciones antagónicas respecto a cómo se desenvuelve la formación social ecuatoriana. Sus diferencias son cosméticas pues obedecen a disputas en cuanto cargos burocrático-estatales que tienen como fin preservar, en el caso del gobierno las variantes de acumulación de los monopolios tradicionales y las facciones de nuevos ricos ligados al Estado que se encuentran en pleno proceso de enriquecimiento; mientras la izquierda tradicional busca espacios que permitan a sus dirigentes seguir lucrando y haciendo vida económica de la política.
En los últimos meses la izquierda tradicional, organizada desde sus partidos electorales, movimientos sociales y centrales sindicales, ha convocado a varias movilizaciones contra las medidas implementadas por el gobierno de AlianzaPaís. Los ejes de su plataforma de lucha no pasan de ser formulaciones estrictamente reivindicativas, basadas en una "política de exigencias" que propone soluciones de corte reformista, dejando de lado la lucha política, diluyéndose en medio del espontaneísmo coyunturalista. Su consigna "política" más posicionada ha sido "no a la reelección indefinida", coreada en conjunto con sectores de la derecha tradicional y reciclada. La conducta histórica de la falsa izquierda ha girado en torno a una dicotomía de apoyo-crítica a los gobiernos de turno, su práctica nunca ha trascendido ello, por más que adornen su discurso con el más incendiario panfletarismo. Para ellos el problema no va más allá del mandatario de turno y el apoyo a éste se basa especialmente en el número de cargos que les permita captar, resultando su colaboración directamente proporcional a la cantidad de cuotas de poder que, como migajas, les arroja el gobierno. Cuando se rompen los "acuerdos" con esos gobiernos o simplemente son desplazados, pasan fácilmente a la "oposición". Su crítica es a una forma de gobierno o modelo económico pero su cuestionamiento y práctica jamás sobrepasa ello, jamás adquiere un real sentido anti-capitalista y anti-imperialista. Resulta paradójico escuchar las declaraciones de los dirigentes de las centrales sindicales, su posición tibia y acomodadiza cuando manifiestan que "no quieren desestabilizar al gobierno", cuando dicen que “buscan el diálogo, respetan la democracia y el estado de derecho".Y entonces, ante tal grado de autocontradicciones, ¿cómo unirse o respaldar a quienes han apoyado a éste y a tantos gobierno anteriores? ¿Cómo estar de acuerdo con quienes defendían a muerte el proceso de Correa, calificándolo de “progresista, nacionalista, anti-imperialista yrevolucionario” y hoy se autodefinen como oposición? La respuesta de los sectores con reales y honestos intereses revolucionarios debe ser la denuncia y el rechazo a los traficantes de las luchas sociales, la oposición contra los pregoneros del pacto. Nosotros no adolecemos de memoria política y tampoco somos ingenuos ni aprendices para no detectar sus verdaderos intereses en la lucha política, cuyo papel está determinado por el peso de su histórico colaboracionismo de clase.
En su afán de oponerse al gobierno, la izquierda tradicional no ha escatimado esfuerzos en unirse a la derecha. Pero esta no es una práctica nueva, es la herencia de haber colaborado desde su nacimiento con caciques, terratenientes, burgueses compradores y burocráticos. Alianzas en el congreso, acuerdos para derrocar un presidente y poner otro, respaldo para la implementación de medidas antipopulares, entre otras, han sido recurrentes. En el gobierno actual no podemos olvidar las reuniones entre Pachakutic y la Junta Cívica de Guayaquil, manejada por los socialcristianos, el apoyo a último momento a Rodas para la alcaldía de Quito, y los acuerdos en la Asamblea Nacional entre la izquierda tradicional y la derecha. Pero ahora que se vienen las elecciones nuevamente, el coqueteo se ha incrementado, el reformismo y oportunismo no han dudado en realizar acercamientos con el PSC, SUMA y CREO y, aunque se cuidan públicamente de no ser relacionados de forma tan directa, son de conocimiento general las reuniones de sus dirigentes con representantes de los partidos antes mencionados. Así tenemos como el prefecto de Azuay -quien fue parte de la Coordinadora Plurinacional- funge como enlace entre Nebot y Rodas, es para esta falsa izquierda la ficha para construir la oposición de derecha e izquierda al gobierno de Correa. En los últimos días se dio una reunión entre Guillermo Lasso de CREO, gente de Sociedad Patriótica, y Pachakutik, que de por sí dice ya mucho de sus verdaderos intereses.
En las movilizaciones, la izquierda tradicional ha logrado poner a su cola a varios movimientos y organizaciones que se oponen al gobierno. Estos grupos sin mayor dirección política son utilizados para generar una supuesta plataforma más amplia, y mantienen la ilusión de que son parte del "movimiento de resistencia". Ante esto, debemos aclarar que la dirección del movimiento que condujo las marchas contra el gobierno la tiene el reformismo, son ellos quienes se reúnen a puertas cerradas y toman las decisiones que luego les son comunicadas a estos grupos. Lo que ocurre en la práctica es que están siendo arrastrados al despeñadero reformista con el famoso y tan desgastado lema de “la unidad”. A propósito de esto, Lenin manifestaba que la lucha contra el imperialismo es una frase vacía y falsa si no se halla ligada de manera indisoluble a la lucha contra el oportunismo. Qué mejor que la realidad ecuatoriana para ejemplificar esta frase, pues la izquierda tradicional marcha a la cola de la derecha que busca hacer fuerte su oposición al gobierno para captar nuevamente la dirección del Estado e implementar políticas económicas que beneficien a las facciones que representan, que a su vez están firmemente articuladas a las empresas imperialistas. Los grupos de jóvenes y organizaciones centristas al no contar con un verdadero plan político y línea ideológica, y al no confiar en sus propias fuerzas, son presa de su inmediatismo y son arrastrados a los planes de la burguesía, sirviéndole a ésta como carne de cañón o como simple captador de masas para presionar en las calles al gobierno.
Las marchas del reformismo no constituyen una verdadera resistencia contra el gobierno y peor aún una propuesta alternativa al sistema capitalista. Si no se sacan conclusiones correctas sobre los hechos que ocurren simplemente se reproducirán los errores del pasado, donde si bien fueron derrocados algunos gobiernos, simplemente se dio en la práctica un cambio de fichas que no afectaron la estructura de dominación en el país. Mientras no se comprenda de manera científica que hay que gestar una nueva corriente revolucionaria en Ecuador, y que el reformismo es el mayor enemigo dentro del campo popular y que éste se halla incrustado en su interior para desorientarlo de sus intereses históricos, nada cambiará.
El bloque proletario y la creación de una nueva 
corrienterevolucionaria en el Ecuador
En medio de este cabaret electoral emerge la alternativa clasista del Bloque Proletario, frente que agrupa a varias organizaciones de estudiantes, campesinos, obreros, mujeres, artistas y habitantes de los barrios populares, y que está orientado a desarrollar un verdadero y radical proceso revolucionario en este país.
Ante los hechos suscitados manifestamos lo siguiente:
1.Nos oponemos al gobierno actual, a sus medidas anti-populares, a su nexo con el imperialismo chino y estadounidense, a su lógica fascista, a su política criminalización y a su estrategia corporativa. Las organizaciones del Bloque Proletario denunciaron desde el inicio al gobierno de Correa (2007) y hemos mantenido nuestra posición hasta el presente.
2.El objetivo de los revolucionarios del país debe estar orientado a derrocar el sistema capitalista, ese es nuestro horizonte estratégico. Si no existe esa orientación en la lucha contra el gobierno se puede caer en el tibio y pusilánime reformismo. En este sentido es clave pasar de formulaciones estrictamente reivindicativas a consignas políticas que contribuyan a potenciar el nivel de conciencia y lucha del pueblo.
3.Existe una necesidad latente en el sentido de establecer un puente conector entre la lucha contra el gobierno y la lucha contra el capitalismo e imperialismo. Entre el elemento reivindicativo y político. Sin comprensión política, sin marchas políticas, sin educación política, las masas populares no sobrepasarán una conciencia primaria de base espontaneísta y economicista.
4.El reformismo es nuestro enemigo principal dentro del pueblo, pues éste desorienta, desorganiza y perturba la lucha de los sectores populares. Su accionar en este gobierno ha pasado del colaboracionismo al eclecticismo. Ejemplos prácticos hay muchos: LOES, Ley Minera, Asamblea Constituyente, campaña electoral de Correa, acuerdos con la derecha reciclada y tradicional. Si no logramos demostrar su papel como bomberos de la lucha social difícilmente el movimiento revolucionario avanzará en este país.
5.El sector opositor al gobierno encabezado por la derecha no representa las aspiraciones de los sectores populares de ninguna manera. Sin duda alguna este sector es y será el más beneficiado de las acciones del reformismo.
5.El Primero de Mayo es una fecha de combate en la que se deben afirmar los principios de independencia de clase y la dinámica revolucionaria de los oprimidos. Esta gloriosa fecha de lucha no puede ser reducida e instrumentalizada por el gobierno y el reformismo para saciar sus mezquinos intereses electorales. Esta fecha no pertenece a los que colaboran con el poder y defienden el status quo, sino a los que pelean día a día por transformar la sociedad.
6.El Bloque Proletario es el nuevo referente de la lucha social del país. Hacemos un llamado a toda la gente que lucha contra el gobierno y que lucha contra el sistema en general a sumarse este Primero de Mayo y darle un cauce diferente a la marcha.
¡Bloque Proletario forjando un pueblo revolucionario!
¡Nuestra lucha es con acciones, no buscamos elecciones!
¡Contra el gobierno, el sistema capitalista imperialista, y el reformismo!
¡Por el desarrollo de una nueva corriente revolucionaria en Ecuador!