QUE LA FURIA DE LA MUJER SE
DESATE CONTRA EL SISTEMA CAPITALISTA, IMPERIALISTA Y PATRIARCAL
Comunicado del Movimiento Vientos del Pueblo ante el 8 de Marzo
1.El
sistema capitalista pese a su casi trescientos años de existencia no ha podido
resolver las condiciones de opresión, sumisión, desigualdad y explotación que
recaen sobre la mujer, pues esta es una de las condiciones básicas que
sustentan su reproducción. Las élites dominantes y el Estado por más que han
tratado de construir un discurso más inclusivo y democrático, se han mostrado
totalmente inefectivos y estériles ante tan sustancial problemática.
El
capitalismo sostiene la opresión femenina bajo una constante producción y
reproducción de capital y de formas de alienación y funcionalización que se
ejecutan a través de temas como la proliferación de violencia tanto simbólica,
como física y psicológica de la mujer, así como también de desapariciones,
trata y asesinatos. De la pornografía, el acoso y la prostitución. De la doble
explotación de su trabajo, tanto en el ámbito de la producción social, es
decir, del trabajo remunerado, como en el doméstico, que es el trabajo gratuito
que la mujer realiza para la generación de más fuerza de trabajo. De su
mercantilización como consecuencia del agravamiento de las formas de
explotación, sumisión y opresión estructural que actualmente existen. De
situaciones de desplazamiento, despojo, y vulneración constante de las
condiciones de existencia. De estereotipos que perviven en el entendimiento
conservador sobre la familia y roles asignados que limitan y encasillan la
posibilidad de decisión sobre una vida libre y emancipada.
2.Sin
embargo, es en sociedades donde se abandonaron las precarias manifestaciones
capitalistas, tanto socio-económicas, como políticas y culturales, el lugar en
el que la mujer elevó su conciencia y alcanzó logros mucho más cercanos a su
emancipación. Así pues, experiencias como las de la revolución rusa y china nos
dejan valiosas enseñanzas. Si bien casi de manera inmediata, después de la
revolución, se hicieron grandes cambios en el rol que desempeñaba la mujer,
decisiones como la despenalización y legalización del aborto, la abolición del
matrimonio infantil, la eliminación de la compra-venta de mujeres, la creación
de guarderías y cocinas comunales en barrios y fábricas para liberar a la mujer
del cuidado de niños y limpieza, la socialización de las tareas del hogar, el
derecho al divorcio sin filtro eclesiástico, el libre acceso a los hospitales
por temas de maternidad, etc., fueron expresiones concretas y reales que, solo
a través de la organización, permitieron una evolución en la cuestión femenina
hasta nuestros días. Problemáticas que, en su mayoría el sistema
capitalista-imperialista no ha logrado solventar hasta la actualidad. Además
cabe recalcar el papel de las mujeres en dichas revoluciones donde
constituyeron una fuerza decisiva para que éstas puedan materializarse.
3.Por
lo dicho, es fundamental recuperar los orígenes proletarios del 8 de Marzo
pues, no basta con recordar este día mediante acciones netamente simbólicas,
desligadas del carácter revolucionario que ha alcanzado históricamente; sino
que debe plantearse como una lucha indispensable para la transformación de la
sociedad.
4.
Asimismo, reivindicar su carácter combativo, callejero y huelguístico como una
forma de lucha efectiva para la obtención de los derechos de la mujer se torna
una consigna fundamental para enfrentar a toda esa corriente pro-institucional
y parlamentaria que se manifiesta con mucha más fuerza en la actualidad, pues
afianza la hipocresía y falsa capacidad al momento de resolver problemas a
través de cuestiones que se reducen a lo meramente burocrático, y arrebata a su
vez a la mujer la confianza que tiene en sus propias fuerzas.
El
feminismo burgués y pequeño-burgués limita, despista y funcionaliza la lucha de
la mujer encubriendo el verdadero sentido de la misma, apelando varias veces a
demandas con un tinte liberal donde no se cuestiona el orden establecido, sino
que más bien lo perpetua. Además que, esta supuesta lucha solo es tomada por
mujeres elitistas como una herramienta más para seguir escalando en el poder
dentro de instituciones que se encapsulan en lo estrictamente legal, y que,
bajo un discurso de equidad de género, abandonan el análisis objetivo del
problema de la mujer; es decir, desde su carácter de clase. La lucha y
consecución de los derechos de la mujer y demás sectores populares se encuentra
en las calles y en la organización independiente, no dentro de instancias que
funcionan bajo la lógica de la democracia burguesa y se sirven de la figura
femenina para fortalecer dicho modelo.
5.Es
entonces de suma importancia criticar y desenmascarar las posiciones burguesas
que se están enfrentando dentro de la coyuntura electoral en el país, ya que,
al situarnos en un momento de disputa pacífica de las clases dominantes por la
administración del Estado, tanto la lucha de la mujer, como la de los demás
sectores populares, puede ser arrastrada para legitimar las elecciones como una
forma de domesticación y aceptación pasiva del orden actual de la sociedad. Así
pues, tenemos por un lado la utilización oportunista y politiquera del tema de
la mujer que saca provecho y se maneja únicamente como una estrategia más de
dominación por su condición de transversalidad; y por el otro, el
abanderamiento del 8 de Marzo por estos grupos que están en pugna y que
mantienen a la ideología religiosa como base de muchos de sus planteamientos a
nivel social. O sea, de sus posiciones patriarcales, ultra-conservadoras y
machistas que, sin olvidar también su esencia reaccionaria, se presentan
finalmente como un limitante para la resolución de la problemática femenina.
Por ello sostenemos que las mujeres trabajadoras no ganamos nada con las
elecciones burguesas; que no estamos representadas por ninguna de las figuras
femeninas del parlamento o el Estado; que no confiamos en esta democracia que
sólo reproduce la opresión insertándonos en lógicas institucionales que
bloquean la verdadera lucha; que el PSC, AP, Pachakutic, CREO, ID, sólo buscan
utilizar este día para saciar sus sucios intereses politiqueros cuando de fondo
sostienen un sistema basado en la opresión de la mujer y de los sectores
populares en general; que las marchas convocadas por Jaime Nebot, Guillermo
Lasso y Rafael Correa simplemente buscan arrastrar y funcionalizar esta fecha
tan importante para hacerse fuertes en un escenario que de fondo solo expresa
la disputa inter-burguesa que existe entre la burguesía burocrática y la
burguesía compradora.
6.La
lucha de la mujer, en tanto se constituya como una fuerza antípoda ante todas
las formas de explotación sistémicas, se presentará como impulsora de la
revolución y necesaria para la liberación de todos los sectores oprimidos.
Tanto las crecientes manifestaciones mundiales contra las lógicas patriarcales
y machistas, como también el papel decisivo que cumplen miles de mujeres
incorporadas en movimientos revolucionarios como en el de Kurdistán y el de la
India, donde éstas constituyen más de la mitad de las filas de las fuerzas
populares combatientes, representan un claro ejemplo de lo dicho. No existe
posibilidad de emancipación de la mujer sin derribar el sistema capitalista y
éste no puede ser aniquilado sin la participación de las mujeres proletarias y
populares.
7.Es
pues, de cardinal trascendencia la creación de una nueva corriente
revolucionaria en el movimiento femenino que pueda llevar la preocupación por
el tema de la mujer a una crítica y acción radical contra el sistema, tanto a
nivel nacional como internacional ya que, al verse agudizadas las formas de
opresión de la mujer, la situación de la misma problemática ha ganado mucho
terreno y ha desatado condiciones que merecen de una lucha mundial
revolucionaria de la que la mujer sin duda es y será decisiva para lograr una
emancipación definitiva.
¡A
rescatar los orígenes proletarios y combativos del 8 de marzo!
¡A
desarrollar una corriente revolucionaria en el movimiento femenino!
¡Abajo
las elecciones burguesas y todas las formas de sometimiento institucional y
burocrático dirigidas desde el Estado y los partidos politiqueros!
¡Que
la mujer trabajadora junto a sus compañeros de clase enciendan la mecha
revolucionaria!
¡Abajo
el sistema capitalista, imperialista y patriarcal!
¡Por
una emancipación definitiva en el orden social, político, económico y cultural!