Manifiesto del Bloque Proletario ante las elecciones
de
febrero de 2017.
El 19 de febrero del
2017 se realizarán las elecciones para los cargos de presidente, vicepresidente
y asambleístas nacionales y locales. Todos los partidos políticos se están
preparando desde hace algún tiempo para dicha contienda. Cada una de sus
acciones o aparecimientos públicos han sido direccionados a su objetivo
fundamental: generar los votos suficientes para captar los diferentes espacios
en disputa. Comienzan a aparecer cuñas promocionales y spots publicitarios
adornados con una serie de slogans y promesas como ha sucedido en toda campaña
desde hace varias décadas y que buscan sorprender a los sectores populares
tratando de insertarlos en esta dinámica, haciendo que de fondo olviden sus
intereses cardinales y desconozcan la importancia de la organización y la
lucha.
El Bloque Proletario, una organización constituida en
Noviembre del 2014, y que agrupa a varias organizaciones independientes que
tienen amplia trayectoria de trabajo popular con mujeres, obreros, campesinos,
estudiantes, artistas y gente de los barrios populares, presenta el siguiente
manifiesto orientado a difundir nuestra posición ante las elecciones no sólo de
febrero del 2017 sino en general.
Sobre el Estado, la democracia y las elecciones
1. Las elecciones son la forma pacífica que tienen las
élites dominantes para disputarse el control de la estructura estatal. Hay que
comprender que esos grupos no son homogéneos pues los sectores donde operan sus
negocios son diferentes, así como sus variantes de acumulación. Las diversas
fracciones de la burguesía mantienen un acuerdo general en la forma de
organizar el país y la economía, pero entre ellas también existen disputas que
tienen que ver con las características económicas de cada grupo, lo cual lleva
a implementar matices particulares en la gestión estatal que benefician más a
quien detenta el control gubernamental que les es dado temporalmente por las
elecciones.
2. Por ello es vital comprender que el Estado es un
instrumento de dominación dirigido por las élites económicas para resguardar y
afirmar su posición ventajosa en la sociedad. No representa pues a toda la
sociedad sino a un minúsculo grupo que se vale de las leyes, fuerzas represivas
y toda la institucionalidad establecida para mantenerse en su sitial
privilegiado.
3. El tipo de Estado no cambia así lo conduzca tal o cual
grupo dominante. Lo que varía son las formas de gobierno, la forma de gestión
económica y política del Estado que puede asumir varias especificidades, por
ejemplo: la burguesía compradora tradicional es partidaria de un Estado con
menor influencia en la economía, y una política arancelaria permisible que
consienta mayores ventajas económicas para la exportación o importación; la
burguesía burocrática privilegia un Estado interventor, regulador, donde
éste tiene un papel muy importante en la
economía, puesto que se convierte en cantera de negociados para dicho sector.
Por lo tanto, en las elecciones no están participando las clases explotadas o
sus delegados, sino las diferentes fracciones de la burguesía. En el Ecuador
gane el grupo que gane se mantendrá una estructura económica con fuertes
rezagos pre-capitalistas y que garantiza la dominación imperialista y de los
grupos monopólicos en general. En el plano político las formas de gobierno
pueden ser directamente más represivas –fascismo- o más democráticas
–socialdemocracia- sin que las estructuras de dominación se alteren en lo
esencial.
4. La democracia burguesa es la forma históricamente
concreta que tiene la clase capitalista de organizar el poder. La democracia no
sirve a todos por igual, sino al sector dominante. Cada una de las
instituciones, leyes, espacios de participación, etc., están diseñados para
resguardar aquello. Por eso cabe preguntarse quién diseña y ejecuta las leyes;
en beneficio mayoritario de quién están estipuladas; los ministerios por
quiénes son dirigidos; las fuerzas represivas cuando hay una marcha del pueblo
a quién reprimen, etc. Toda democracia es una dictadura que encubre la
dominación del grupo históricamente dirigente. La democracia no es perfectible,
es imposible llegar al ideal de una democracia pura y absoluta, puesto que en
ésta siempre existirá dominación: en la democracia burguesa de la minoría y en
la democracia proletaria de la mayoría. Las élites han refinado las formas de
opresión mediante variantes “democráticas”, acordes a un determinado momento
histórico y según la conveniencia de sus intereses adoptan una u otra forma de
gobierno. Cuando sus intereses se ven afectados directamente por la presión de
las masas populares, utilizan el aparato represivo del Estado de una manera
directa, develando su verdadero carácter de clase, asumiendo formas fascistas o
militaristas; cuando las condiciones sociales, políticas y económicas aparentan
una relativa estabilidad, envuelven a las masas populares en un espejismo de
“participación ciudadana”, utilizando conceptos hueros como “democracia
representativa”, “democracia delegativa”, “democracia participativa/directa”,
etc. Sin embargo, ningún cambio de forma de gobierno o aplicación de conceptos
“modernos” modifica la esencia del carácter de clase del Estado burgués. La
democracia logra la hegemonía del grupo dirigente que logra un “consenso” sobre
la forma en la que se lleva el país, ello tiene un efecto ideológico
desmovilizador.
5. Los partidos políticos son representación directa por un
lado de los grupos monopólicos más fuertes del país; y por otro de una serie de
organizaciones e individuos oportunistas que generalmente cobijados bajo el
rótulo de “izquierda” pretenden captar pequeños espacios de poder que permitan
a sus dirigentes hacer vida económica de la política. Las elecciones –con el
cuento de la democracia- arrancan de las clases explotadas una aprobación
rutinaria a los candidatos que han sido elegidos previamente por cada fracción
burguesa, con el objetivo fundamental de preservar sus intereses
económicos.
6. Las elecciones se efectúan con el propósito primario de
legitimar el sistema, la política y las acciones de la clase dominante dándoles
una fachada de mandato popular. Así las medidas instauradas cuentan con una
“aprobación previa” otorgada por los sectores populares, que no tendrían por
qué quejarse pues ellos mismo “eligieron” a sus representantes. Detrás del mito
de la representatividad vía elecciones se esconde el interés de las clases
dominantes de llevar al pueblo a participar de un juego en el que nunca va a
ganar.
7. Las elecciones confinan, controlan y canalizan la
actividad de las masas populares a un espacio inofensivo para la estructura de
poder, un espacio que lo tienen manejado a todo nivel.
8. Las elecciones generan una ilusoria idea de participación
en las masas, donde al parecer están decidiendo algo. Ese es uno de sus efectos
políticos más peligrosos pues desarman la confianza del pueblo en sus propias
organizaciones y en variantes genuinas de lucha. Las elecciones inducen a la
pasividad, al conformismo, a aceptar el orden establecido en una participación
que se vuelve rutinaria.
9. La idea del mal menor se naturaliza en los sectores
populares que supuestamente al no encontrar otros mecanismos de participación
se conforman con votar por uno u otro candidato así históricamente sepan que no
resuelven sus necesidades.
Sobre las posiciones y partidos que participarán en las
elecciones del 2017
1. Alianza País busca mantenerse en la presidencia durante
cuatro años más. Este grupo ha Estado en el poder durante diez años, en los que
ha contado con los mayores ingresos recibidos por un gobierno en la historia
del país, lo que no ha servido para mejorar la situación de los trabajadores y
de los sectores populares en general, sino para enriquecer a una capa de nuevos
ricos que han utilizado el Estado como eje de acumulación, valiéndose de
sueldos suntuosos y negociados millonarios. Este gobierno se ha festinado los
ingresos petroleros con los precios más altos de la historia del país; nos ha
endeudado hasta el cuello con los nuevos chulqueros del mundo, los bancos
chinos; ha despojado a los trabajadores de derechos legítimamente adquiridos a
través de la lucha; está entregando nuestros territorios, ecosistemas, tierra,
agua, bosques a las transnacionales mineras, petroleras, hidroeléctricas; ha
prohibido el trabajo a miles de comerciantes ambulantes y artistas callejeros
que se ganan su sustento en las calles y plazas; ha limitado los pocos derechos
que la democracia burguesa permite al pueblo; ha desarrollado una lógica
mercantil, elitista y funcional en la educación, negando la posibilidad del
estudio universitario a miles de jóvenes ecuatorianos; decenas de personas
desaparecen día tras día en las calles sin ningún tipo de solución; la economía
de los sectores populares ha ido en detrimento, mientras el gobierno contiene
la debacle vía bonos de miseria, y los grandes grupos monopólicos ligados al
capital financiero nacional e internacional siguen acumulando riquezas. Esto ha
sido combinado con una política fascista de corte corporativo que coopta o crea
organizaciones populares bajo dirección del Estado y criminaliza además
cualquier tipo de protesta o disentimiento, persiguiendo judicial o
extrajudicialmente a quienes considera sus opositores, manejando un aparataje
de propaganda que controla varios canales, radios, medios escritos y virtuales
para configurar una opinión pública acorde a sus intereses. Además de tener más
de dos mil denuncias por casos de corrupción que echan por los suelos el slogan
de “manos limpias” impulsado por este régimen.
2. El candidato a la presidencia por Alianza País será Lenin
Moreno, quien fuera vicepresidente del primer período de Rafael Correa y por
consiguiente cómplice de primer orden de todas las leyes, medidas, políticas y
persecuciones en ese tiempo. Posteriormente ha estado ligado al gobierno con
diferentes cargos y funciones, además de ser representante del país en la ONU
recibiendo más de 40 mil dólares mensuales por dicha actividad. Es el rótulo
“humanista” que pretenden imponer para difuminar un poco el estilo autoritario
tan cuestionado por diferentes sectores. El panorama para Alianza País no es el
mejor para las próximas elecciones fruto del desgaste que ha sufrido en estos
años por su política anti-popular; sin embargo, y aunque la crisis económica
apremie al país, no están dispuestos a soltar el poder, por la rica cantera de
negociados que representa el Estado y además para bloquear cualquier intento de
fiscalización que se haga sobre sus corruptos funcionarios.
3. Uno de los grupos que buscan la presidencia es Compromiso
Ecuador (CREO) comandado por el banquero Guillermo Lasso. Si bien ha sido una
de las caras visibles de la oposición, es durante la gestión de la Revolución
Ciudadana que se ha convertido en uno de los grupos monopólicos más fuertes del
país. Es dueño del Banco de Guayaquil, el segundo más grande del país, y uno de
los hombres más ricos. Cuenta con aseguradoras, bienes raíces, fondos de
inversión. Además fungió como funcionario en el gobierno de Jamil Mahuad y fue
uno de los responsables del feriado bancario del que salió beneficiada su
entidad financiera. Es un grupo bastante ligado al capital norteamericano.
Aspira llegar al poder para alentar medidas en beneficio de los sectores
bancarios más retardatarios. A este grupo le han dado su apoyo SUMA del actual
alcalde Quito: Mauricio Rodas, y Paúl Carrasco, actual prefecto de Azuay y
líder de PODEMOS.
4. Uno de los partidos políticos que busca llevarse una de
las tajadas más grandes del pastel estatal en las próximas elecciones es
Avanza, organización dirigida por Ramiro González (ex ID, RED y Alianza País),
quien fue ministro de industrias y productividad, y presidente del concejo del
IESS en el gobierno actual y que hasta hace no mucho formaba parte de su frente
de apoyo: Unidos. Ha sido acusado de mal manejo de los fondos del IESS. En la
actualidad Avanza aparece como un partido crítico de la Revolución Ciudadana.
Avanza fue creado en el 2012 por Ramiro González y John Argudo, ambos ex
militantes de la Izquierda Democrática (ID). Y es que precisamente Avanza se
construyó con gran parte de las bases y dirigentes de la ID, sobre todo de las
provincias, pero también de miembros del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE),
del Partido Socialista Ecuatoriano (PSE) e incluso de Pachakutik (ver caso de
Antonio Posso).
5. El Partido Social Cristiano también participará en las
próximas elecciones con Cinthia Viteri como candidata presidencial. Los
socialcristianos, comandados por Jaime Nebot mantienen su bastión en Guayaquil,
donde dicho personaje controla la alcaldía hace muchos años atrás después de
que el matón Febres Cordero le heredó dicha posición. Su “modelo exitoso” ha
beneficiado a las élites porteñas y ha mantenido en la miseria a miles de
guayaquileños que viven en los suburbios sin contar siquiera con los mínimos
servicios básicos, además de mantener la lógica represiva por la que ha sido
conocido históricamente su partido.
6. Existen otros grupos como el PRIAN de Álvaro Noboa y el
PRE-Fuerza Ecuador de Dalo Bucaram, que representan igualmente a las élites
porteñas y que al no tener posibilidades reales de ganar la presidencia
buscarán algunos escaños de asambleístas para que éstos velen por sus intereses
económicos.
7. La Izquierda Democrática que manejó la política y el
Estado durante dos décadas junto a los socialcristianos pretende resurgir, pero
el pueblo no olvida que fue precisamente su mayor ícono: Rodrigo Borja, quien
desapareció el sindicalismo en empresas privadas en el Ecuador y fomentó una
serie de medidas anti-populares bajo un rótulo “progresista”. Esta vez quien
abanderará este partido será Paco Moncayo, ex general de las reaccionarias
Fuerzas Armadas, participante en los anteriores derrocamientos a Mahuad y
Bucaram, y ex Alcalde de Quito, siendo el impulsor principal de la lógica de
“ordenamiento urbano” excluyente que persigue a comerciantes ambulantes.
8. Paco Moncayo representa a sectores burgueses
especialmente de la sierra. Ha buscado establecer acuerdos con grupos de la
costa como el comandado por Mario Canessa, empresario, ex banquero e inversor
en medios de comunicación privados quien finalmente declinó su candidatura. En esta
alianza está el grupo Centro Democrático, dirigido por Jimmy Jairala, ex aliado
del gobierno hace tan sólo unas pocos meses. Su binomio será una mujer
guayaquileña, quebrando la ilusión de la izquierda reformista
(Pachakutic-Unidad Popular) de ubicar a uno de sus representantes en dicho
puesto.
9. Uno de los sectores que ha pretendido mostrarse como
opositor al régimen es la izquierda oportunista conformada especialmente por
Unidad Popular (ex Mpd), Pachakutic y una fracción del Partido Socialista Ecuatoriano.
Estos grupos apoyaron a Correa y a Alianza País desde su campaña electoral en
el 2006 y fueron parte del gobierno dirigiendo algunos ministerios y con
funcionarios en diferentes dignidades hasta el año 2010. Defendían a muerte la
Revolución Ciudadana a la que denominaban un proceso “patriótico,
anti-imperialista, nacionalista, popular y democrático”. Fueron parte del
diseño de las principales leyes que cortaron los derechos de miles de
trabajadores, estudiantes y campesinos, formaron parte de la bancada
oficialista en el parlamento y en la Asamblea Constituyente aprobada en el
2008. La mayoría de estos grupos dejan de ser parte del gobierno actual en el
2010 no por desacuerdos concretos, sino porque fueron echados del mismo,
entonces al no seguir recibiendo parte de la tajada del pastel estatal,
decidieron auto-proclamarse “oposición”. Tengan claro compañeros que si estas
personas y organizaciones no hubieran sido despreciadas, humilladas y
expulsadas por Alianza País, siguieran allí haciendo campaña por “el compañero
presidente”. Estos grupos oportunistas sólo buscan hacer vida económica de la
política y se esconden en frases de izquierda para engañar a las masas
populares. Saben muy bien que no van a llegar a la presidencia, pues su
descrédito, fruto de su podrida actividad politiquera, no se los permitiría.
Sin embargo buscan captar unos cuantos puestos de asambleístas y realizar
acuerdos con otros grupos para que sus dirigentes se conviertan en funcionarios
lo que les permitirá seguir lucrando del jugoso negocio estatal. Estos grupos
mediante su política clientelar desarman las variantes de lucha de los sectores
populares, los inducen al pasivismo, al conformismo y a la confianza en la
democracia capitalista, son la avanzada de las élites dominantes en el pueblo,
los bomberos de la lucha social, traficantes profesionales de los derechos
populares. Las marchas que han realizado, y que cuentan con el apoyo de las
organizaciones burocráticas que dirigen como las centrales sindicales, no han
tenido nunca el objetivo de recuperar o defender los derechos del pueblo, sino
simplemente hacerse campaña y capitalizar el amplio descontento que ha generado
la farsa verde-flex. Este enemigo que se disfraza bajo el rótulo de unidad ha
marchado históricamente a la zaga de uno u otro grupo de poder y esta vez no
será la excepción, pues irán a la cola de la Izquierda Democrática, Centro
Democrático y demás.
Sobre la necesidad de la organización y lucha
1- El Bloque Proletario manifiesta que las elecciones son
una trampa para el pueblo, un espacio en el éste no tiene nada que ganar y sí
mucho que perder, así lo comprueba no sólo la justeza de la teoría
revolucionaria, sino la práctica concreta de las masas que han votado durante
décadas sin obtener ningún beneficio real.
2- El Bloque Proletario manifiesta que las elecciones no son
una forma de lucha, sino de legitimación de la dominación impuesta por el
sistema. Las formas de lucha cambian en el devenir histórico, y es indudable
que en el actual desarrollo de la democracia burguesa, las elecciones sólo
refuerzan el aparataje estatal.
3- El asunto no pasa por tener un candidato popular propio,
pues la estructura de poder es inquebrantable desde adentro. Esa es una vieja y
falsa ilusión pues esos candidatos no tienen ningún peso real por más buenas
intenciones que digan poseer, pues los cargos fundamentales ya se hallan
repartidos y el Estado se halla sumamente controlado por la élite económica y
sus instituciones.
4- Las elecciones inducen a las masas a la pasividad, el
clientelismo las reduce a ser un simple número que busca ser ganado por uno u
otro sector. Desarma la confianza de los sectores populares en sus propios
procesos organizativos y movilizatorios.
5- Si manifestamos que en las elecciones no están en juego
los intereses populares, que éstas son una disputa inter-burguesa, votar
equivaldría a elegir qué grupo de la clase dominante nos va a oprimir durante
los próximos cuatro años, es la idea del “mal menor”, es como decretarnos la
pena capital y elegir si queremos la cámara de gas, la guillotina o la silla
eléctrica. Muchas veces el “mal menor” termina siendo peor, tal y como ha
ocurrido con este gobierno.
6- El cabaret electoral es una farsa en todo el sentido de
la palabra. Desde las visitas de los politiqueros a los barrios y las infinitas
promesas que nunca llegan a cumplirse, hasta el fraude permanente y la
construcción amañada de estos procesos. En las elecciones que se avecinan la
corrupción burguesa salta a la vista con inscripciones donde los partidos
usurparon la identidad de decenas de miles de ecuatorianos falsificando sus
firmas e inscribiéndolos en estas maquinarias electorales sin que éstos se
enterasen.
7- Hacemos un llamado a desconocer el proceso electoral. Sin
duda alguna la mejor consigan sería NO VOTAR, sin embargo el hecho de que quien
no vota debe pagar una multa para obtener un certificado necesario para el más
mínimo trámite, obliga a acudir a las urnas. Por ello nosotros manifestamos que
en las actuales circunstancias la propuesta más real es ANULAR EL VOTO.
Posteriormente habrá que encaminar una lucha para que las elecciones no sean
obligatorias pues ello demostrará la poca importancia y la desconfianza que
tienen los sectores populares sobre estas.
8- ANULAR EL VOTO no es muestra de apoliticismo, sino de una
posición y un entendimiento mucho más profundo pues comprendemos cómo funciona
el poder político y las estrategias que operan. Votar Nulo significa tomar una
posición consecuente y definida donde descartamos las elecciones por caducas e
inservibles. Esto no significa quemeimportismo ni apoliticismo, sino más bien
comprensión política consciente, basar las esperanzas en los esfuerzos propios,
en la construcción de los elementos necesarios para la revolución.
9- Anular el voto significa entender que gane uno u otro
candidato los sectores populares siempre perderán. Significa comprender que
sólo mediante la lucha y organización se pueden conquistar derechos para los
sectores populares e ir allanando el camino hacia la revolución.
10- El Bloque
Proletario sostiene que el camino del pueblo es LUCHANDO Y NO VOTANDO. Que esa
es la única forma que históricamente ha servido para alcanzar ciertos derechos
y la única vía real de transformación tendiente a buscar una sociedad mejor.
11- El Bloque Proletario considera que no basta con
denunciar esta farsa. Sino que la importancia radica en gestar organizaciones y
posicionamientos que permitan a los sectores populares construir una
alternativa real a las estructuras de poder. Es decir construir otro tipo de
sociedad que garantice las necesidades y verdaderas aspiraciones del pueblo.
12- Sin duda alguna el germen de esa nueva sociedad radica
en el trabajo y en las variantes organizativas que van gestando los sectores
populares más allá de la institucionalidad establecida. Por ello nuestras
consignas no son sólo críticas, sino que sintetizan propuestas creativas y
vivas acerca de lo que debemos construir.
La coyuntura electorera debe ser utilizada por los
comunistas y revolucionarios para cinco cosas esenciales:
1. Desenmascarar mediante la agitación y propaganda la farsa
que constituyen las elecciones burguesas, denunciando su carácter de clase y la
convergencia que se da entre el reformismo y la burguesía para vender a las
masas esa idea ilusoria de participación.
2. Desarrollar la línea proletaria de oposición, no sólo a
estas elecciones, sino a los procesos electorales en general, mediante un
trabajo de educación política en los frentes de masas y organizaciones donde
los revolucionarios tengamos influencia.
3. Formar un Frente Anti-electoral que difunda la posición
del Voto Nulo y que coordine acciones para neutralizar de alguna manera la
influencia de los partidos burgueses y el reformismo.
4. Que el Frente Anti-electora sirva y se constituya como
base para levantar la oposición popular al gobierno que gane las próximas
elecciones. Es decir aprovechar esta coyuntura para juntar a los sectores
revolucionarios honestos y consecuentes e ir impulsando desde ya una política
de movilización, resistencia y lucha contra el próximo títere de turno.
5. Fortalecer las organizaciones populares creando nuevos
referentes y espacios de trabajo, organización y acción que de por sí ya
establezcan una nueva concepción en los sectores populares y los orienten a la
transformación revolucionaria de la sociedad.
¡Nuestro camino es luchando, no votando!
¡Anula el voto, elige luchar!
¡Por el desarrollo de una nueva corriente revolucionaria en
el país!