RÍO BLANCO: LAS CUENTAS ALEGRES DE GLASS
Para La Minga CCP
En la payasada denominada “inauguración” del
proyecto minero Río Blanco que se hizo el pasado jueves encabezado por el
Vicepresidente Jorge Glas en Molleturo, los representantes gubernamentales se
llenaron la boca con los 191 millones de dólares que supuestamente el país
recibiría durante los 11 años de vida útil de esta mina que pretenden
desarrollar en los páramos del Cajas.
En sus cuentas alegres, el gobierno incluye 24
millones de dólares por concepto del 4% de regalías, utilidades laborales,
impuesto al valor agregado IVA, impuesto a la renta e impuesto a la salida de
capitales. Pero, ¿qué pasa con las reformas a las Ley de Minería del 2013, con
los “incentivos” a la inversión minera que se les otorgaron mediante el Código
Orgánico de la Producción, la Ley Orgánica de Régimen Tributario, y la Ley
Orgánica de incentivos a la Asociaciones Público-Privadas y la Inversión
Extrajera, expedida el 18 de diciembre de 2015? Todo un cuerpo legal hecho y
modificado para beneficiar el saqueo minero, propio de un gobierno vendepatria,
servil del capital transnacional.
Con las reformas a la ley de minería, ya se les
dio la ventaja de hacer pasar el proyecto Río Blanco como de “mediana minería”,
con lo que no tuvieron que negociar contrato con el Estado, se les exoneró del
impuesto a las ganancias extraordinarias, y no se les puede cobrar más del 5%
de regalías, cuando se supone que el techo establecido era de 8%.
Las corporaciones mineras cuenta así con las
herramientas jurídicas necesarias para evadir los famosos “impuestos” de los
que habla Glass, sobre todo con los “incentivos” del Código Orgánico de la
Producción, la Ley Orgánica de Régimen Tributario, mediante los cuales, entre
otras maravillas, se les redujo el impuesto a la renta del 25 al 22% y se establecieron
una serie de deducciones; se les
exoneró de este impuesto durante 5 años por ser inversiones nuevas; se les exoneró además de impuesto a la
salida de divisas, pues son operaciones de financiamiento externo; se estableció IVA CERO para oro
adquirido por titulares con licencia de comercialización. (http://www.sectoresestrategicos.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2015/10/Incentivos-Tributarios.pdf).
No contentos con esto en la Ley de incentivo a
la Asociación Público-Privada y a la Inversión Extranjera, se estableció:
“13. Sustitúyese el último inciso del artículo
72 por los siguientes: El reintegro del impuesto al valor agregado IVA, no es
aplicable a la actividad petrolera en lo referente a la extracción, transporte
y comercialización de petróleo crudo, ni a otra actividad relacionada con recursos
no renovables, excepto en
exportaciones mineras, en las que será aplicable el reintegro del IVA pagado
por los periodos correspondientes al 1 de enero de 2018 en adelante, en los
términos contemplados en el presente artículo.”
En definitiva: no impuesto a la renta, no IVA,
no impuesto a la salida de divisas.
Según esto, ¿qué nos queda de las cuentas
alegres de Glass?
Quizá los 24 millones de regalías, de las cuales
dicen que ya se han adelantado (y gastado por su puesto) 7, y de las que la
gran mayoría irá a sostener ese enorme parásito de burócratas del gobierno y
fuerzas represivas del Estado, que devora sin control los recursos fiscales.
Aun suponiendo que se logra cobrar en los 11
años esos 17 millones adicionales, ¿con eso sacarán al país de la pobreza?,
pero ¿cómo?, si ni con los 300 mil millones que han tendido de ingresos en esta
década de gobierno, no han podido hacerlo.
De nuevo suponiendo que se obtuvieran los 191
millones de las cuentas alegres de Glass, eso no alcanza ni para pagar la mitad
de ese saco sin fondo en que se ha convertido el tranvía 4 ríos, para el que el
gobierno quiere echar mano incluso de préstamos obtenidos por la Municipalidad
de Cuenca para otras obras.
Y por esta miseria se destruirán los páramos de
Río Blanco, se contaminará el agua de las comunidades azuayas. Es un absurdo.
No hay ninguna lógica. ¿O sí?
En este negocio, las comunidades pierden, la
Pachamama pierde, hasta el mismo Estado ecuatoriano pierde, entonces ¿quiénes
ganan?
La corporación china Junefield es la que está
ganando y tiene en perspectiva ganar más, en un proyecto que podría generarle
USD 900 millones, según lo que el propio gobierno dice, si la empresa invertirá
90 millones, y aún si se lograran cobrar los 24 millones de regalías: la
empresa ganará más de 700 millones de dólares, fuera de todo lo que ya estarán
ganando por la especulación en la bolsa, porque seguro que con la famosa
“inauguración” el precio de sus acciones debió elevarse. Así, y sólo así, se
entiende este negocio, en el que además los daños ambientales y sociales son
considerados “externalidades” por las que la inversión extranjera no tiene que
responder.
Otros que deben estar ganando, por diferentes
vías, son todos los lamebotas que están quedando bien con las empresas, como el
ministro de minería, que seguro seguirá los pasos de su maestro Federico
Auquilla, quien luego de ser gerente de la anterior dueña de Río Blanco, pasó a
ser Viceminstro de Minas, y por ser tan “buen muchacho”, los chinos le premiaron
con una gerencia de desarrollo sustentable y relaciones comunitarias en el
proyecto Mirador. ¡Qué buen vivir!
Esto confirma que la “inauguración” del proyecto
Río Blanco responde a tres motivos principales:
1. Cumplir con las
exigencias de sus amos extranjeros chinos,
2. Dar señales positivas a
los inversionistas por los nuevos territorios que sacaron a la subasta pública
para concesiones mineras, y,
3. La urgencia de ingresos
que tiene el gobierno para hacer frente a la tremenda crisis en la que ha
sumido al país luego de hacer esfumar una década de bonanza petrolera, por la
que el gobierno del “economista”, no sé cuántas veces “honoris causa”, tiene
que andar peseteando.
Pero además hay otro asunto fundamental que no
podemos olvidar: la empresa estaría ganando más que el Estado, lo cual iría en
contra de lo establecido en la Constitución vigente en al artículo 408: “… El
Estado participará en los beneficios del aprovechamiento de estos recursos, en
un monto que no será inferior a los de la empresa que los explota.” Aún si se
pudiese cobrar los 191 millones de las cuentas alegres de Glass, donde se
incluyen hasta los sándwich que consumirán, la empresa se estaría llevando la
tajada más grande.