Comunicado del BLOQUE PROLETARIO-SUR
¡NO VOTAR O ANULAR,
EL CAMINO DEL PUEBLO ES LUCHAR!
¿Por qué el Bloque Proletario tiene esta posición?
A esta división general en clases sociales hay que añadir la división internacional entre países imperialistas o capitalistas por un lado, y semicolonias por otro, resultado de los procesos de colonización y de expansión del capital por todo el Planeta, lo que implica que las clases explotadoras de los países ricos roban, saquean y sumen en la pobreza a las grandes mayorías, tanto de las semicolonias como de sus propios países. A su vez, las clases populares de las semicolonias son expoliadas por los imperialistas aliados con las clases dominantes nacionales.
El nivel de concentración de la riqueza mundial en manos de un minúsculo grupo es cada vez mayor. Incluso con la pandemia del Covid19 los multimillonarios siguieron ganando y amasando grandes fortunas, mientras la inmensa mayoría de la humidad está en la miseria. Datos oficialmente aceptados hablan de que actualmente 2.153 individuos, a los que se les llama "milmillonarios", han acaparado más riqueza que el 60% de la población mundial, esto significa que esta élite de los más ricos posee más que 4.600 millones de personas. Y aquí vale dejar sentado claramente que esta riqueza se acumula además devastando al Planeta, explotando, destruyendo, contaminando los ecosistemas, por lo que, a más de la crisis económica y sanitaria, los pobres del mundo enfrentamos una crisis ambiental global.
Como es lógico esta contradicción entre explotadores y explotados es irreconciliable, por lo que para mantener el sistema vigente, los multimillonarios dueños del poder económico necesitan someter, dominar, oprimir a las grandes mayorías para obligarles a seguir enriqueciéndoles. Para esto tienen que ejercer una férrea dictadura que les permita evitar la rebelión de los explotados.
El instrumento mediante el cual los explotadores ejercen su dictadura es el Estado, que no es más que la violencia organizada en contra de las clases oprimidas. En el presente sistema capitalista-imperialista, los estados sirven para que los imperialistas y las clases dominantes de las semicolonias impongan su voluntad a las clases explotadas-trabajadoras del mundo. Esta dictadura burguesa puede ser ejercida abiertamente o disfrazada con el nombre de DEMOCRACIA.
Los estados imperialista y semicoloniales que les sirven a los explotadores para defender su sistema, están formados por las fuerzas armadas propiamente dichas, y que son la parte fundamental de este instrumento de opresión, y, la burocracia, es decir, todo el sistema de instituciones jurídico-políticas y de gestión, con el que funciona la maquinaria estatal.
Es a este nivel de la burocracia que trabaja para servir a los Estados imperialistas y semicoloniales, que recién aparecen los “gobiernos”, es decir, ese puñado de funcionarios que administran las instituciones burocráticas, y que en el caso de las democracias se cambian cada cierto tiempo.
Entonces, es elemental entender que los gobiernos sólo gestionan los estados imperialistas y semicoloniales, y lógicamente, para cumplir estas funciones tienen que ser fieles servidores de los dueños del poder, o incluso integrantes directos de las clases explotadoras.
Cuando la dictadura burguesa se esconde con la careta de democracia, los gobiernos se turnan cada cierto tiempo, y para cambiarlos se utilizan elecciones o sufragio. Esto sucede porque al interior de la clase explotadora también existen pugnas entre distintos grupos y cada uno quiere acceder al gobierno para obtener beneficios directos y fortalecerse frente a sus grupos rivales. Son verdaderas mafias.
No olvidemos ni por un momento que las clases explotadas están sufriendo todos los días los graves males que acarrea la concentración de la riqueza en pocas manos, es decir, están hambrientas, enfermas, malviviendo en condiciones de hacinamiento e indigencia, y esto trae descontento. Así que los explotadores tienen que buscar distintas maneras de que las grandes masas de pobres acepten su situación y sobre todo de que jamás comprendan que la riqueza que poseen es el pan que les han robado de generación en generación.
En este sentido, al ser los gobiernos quienes interactúan con las clases explotadas como la cara más visible del Estado, las clases dominantes los convierten en chivos expiatorios, es decir, los presentan como los culpables de todos los males que aquejan a los pueblos. De esta forma logran apaciguar la ira de los oprimidos cambiando los gobiernos, y que mejor si se crea la ilusión de que son los propios explotados los que tienen la posibilidad de elegir a otros que representen sus aspiraciones. Esta es la mayor ventaja que encontraron los imperialistas y burgueses en el SUFRAGIO UNIVERSAL.
Cada cierto tiempo los dueños del poder convocan a que todos los “ciudadanos” elijan gobiernos a través de un voto, y esto es presentado por los explotadores como la máxima expresión de “poder popular”. De esta manera se completa la enajenación política de las clases explotadas, es decir, no sólo que los explotados no tienen poder político, sino que avalan el poder político que los oprime, legitimando la dictadura de los imperialistas y las clases dominantes nacionales. Es comprensible porque los opresores llaman a las elecciones “fiesta democrática”.
Así, gobiernos van, gobiernos vienen, y los pobres cada vez más pobres, y los ricos cada vez más ricos. Y esto seguirá mientras los explotados no comprendan ¿cuál es el verdadero papel de los gobiernos?, ¿qué son los estados?, ¿qué es la democracia burguesa?, y ¿qué papel cumplen las elecciones?; mientras no tomen conciencia de ¿cómo funciona este sistema opresor? que posibilita que un minúsculo grupo acapare la riqueza sumiendo en la pobreza a la inmensa mayoría de la humanidad; y lo más importante, mientras no se decidan a organizarse y luchar para construir un NUEVO PODER, un poder político propio de los proletarios, campesinos medios y pobres y todas las demás clases y sectores populares, que les permita enfrentar la dominación capitalista-imperialista y hacer una revolución para derrocar el sistema que los oprime, posibilitando la construcción de uno nuevo basado en la socialización de los medios de producción y de la riqueza.
Mañana los pobres de Ecuador estamos convocados nuevamente a las urnas. Los explotadores nos obligan a ir a dar un voto para cambiar de gobierno, en otras palabras, nos llaman a que legitimemos nuestra opresión, a que escojamos a los nuevos administradores de su Estado burgués-semicolonial mediante el cual seguirán reprimiéndonos para mantenernos sometidos y continuar enriqueciéndose.
¿No es indignante?
Es por eso que el Bloque Proletario rechaza tajantemente la farsa electoral acorde a su Línea Política anticapitalista, antimperialista, antipatriarcal y antireformista.
NO VOTAR O ANULAR EL VOTO son formas de expresar nuestra indignación, nuestro rechazo al circo politiquero burgués, entendiendo que nada trascendental pasará por cambiar de gobierno. Gane quien gane el pueblo pierde si deposita sus esperanzas en los payasos de turno, y permanece en la pasividad.
Más allá de la farsa electoral, el Bloque Proletario considera vital continuar con el trabajo permanente de concientización y movilización de las masas para crear una nueva corriente revolucionaria en Ecuador como parte del proceso de construcción del poder para los explotados.
¡NO VOTAR O ANULAR, EL CAMINO DEL PUEBLO ES LUCHAR!
¡ABAJO LA FARSA ELECTORAL!
¡LAS ELECCIONES SON UNA TRAMPA PARA EL PUEBLO!
¡GANE QUIEN GANE EL PUEBLO PERDERÁ!
¡LAS ELECCIONES BURGUESAS LEGITIMAN LA OPRESIÓN!
¡NUESTRO CAMINO ES LUCHANDO NO VOTANDO!
¡SI QUIERES ELEGIR, ELIGE LUCHAR!
